“¿Cuánto tiempo más de su infancia y de su vida tiene que perder? ¿Hay alguien que esté estudiando o trabajando en una solución para mi hija la de todos los niños que existen en España que son como ella? ¿Hasta cuándo va a tener esta vida que no es vida?”, es el grito de desesperación de Zaira Martín vecina de Almendralejo que vive con su hija, Emma, que tiene cardiopatías congénitas, algo que le hace ser de alto riesgo mortal frente al coronavirus.

La pequeña apenas sale de su domicilio desde que comenzó la crisis sanitaria desde el mes de marzo de 2020, “no puede ir al colegio. No puede tener relaciones sociales. Pronto hará un año que no ve ni juega con otros niños, solamente está con su hermana, mi marido y conmigo”, ha indicado la madre de esta joven vecina de Almendralejo.

Martín ha justificado que su hija puede salir a la calle siempre y cuando no haya más personas en la vía pública con el objetivo de garantizar la seguridad para la pequeña Emma.

“Nuestra vida es prácticamente de cuarentena”, ha indicado Martín que ha aseverado que Emma puede salir a la calle con mascarilla y distancia de seguridad, como el resto de los niños, pero apuntando que “lo aconsejable es que tenga las menos relaciones sociales posibles”.

Emma no va al colegio por ser una persona de riesgo frente al virus, algo que ha sido una lucha constante para Zaira. La joven aprende a través del programa “Proa Plus” en el que una profesora acude a su domicilio tres días a la semana con seis horas semanales de educación para Emma.

“No es suficiente, pero algo es algo. He estado desde septiembre luchando para conseguirlo porque al principio las faltas se consideraban injustificadas hasta que conseguí el informe de la cardióloga donde pone textualmente que es de alto riesgo mortal frente al coronavirus y desaconseja totalmente su presencia en cualquier centro educativo”, ha indicado su madre.

Zaira vive con desesperación estos once meses de pandemia en los que pide una solución para la situación de su hija. “Mi niña empezó la pandemia con 6 años, cumplió 7 en la cuarentena y en abril cumplirá 8… Y seguiremos así porque seguiremos así… ¿Cuánto tiempo más de su infancia y de su vida tiene que perder? ¿Hay alguien que esté estudiando o trabajando en una solución para mi hija y todos los niños que existen en España que son como ella? Porque existen, aunque se hayan olvidado de ellos”.

La desesperación y la idea por buscar una vida mejor para su hija ha hecho a Zaira replantearse su vida por completo. “¿Saben hasta que punto he llegado? Hasta el punto de buscar en internet que países existen sin coronavirus y pensar que es nuestra única salida, irnos a un remoto país, que ni siquiera sabemos si existe para salvar la vida de mi hija?”.

A pesar de la situación, Zaira llena de halagos a la pequeña Emma porque “es un ejemplo de superación increíble. Si la ven, aparentemente no parece se tenga nada, ella es puro nervio y quién diría que tiene las cardiopatías que tiene”. Tal y como ha apuntado la madre, Emma se ha adaptado a esta situación sin quejarse, “nos da una lección cada día”.

Aunque la niña de 7 años está llevando lo mejor posible esta situación, está comenzando a tener consecuencias físicas y psicológicas como fatiga, crisis de ansiedad o dolores musculares, tal y como ha indicado su madre.

Zaira vive con resignación, incertidumbre, miedo y estrés esta situación que está viviendo su pequeña. Lo único que quiere esta vecina de Almendralejo es una vida mejor para su hija y, por supuesto, que alguien la escuche.