Un modelo matemático ha hecho trizas la esperanza de quienes acaban de brindar hace tan solo unos días por un año que sea nuevo de verdad al predecir que España se librará del coronavirus, en el mejor de los casos, a finales de 2021. El estudio prevé que un nutrido grupo de países que se acerca al centenar y entre los que se encuentra el nuestro verá el final de la crisis sanitaria para el período comprendido entre octubre de 2021 y abril de 2022.

Pero no hace falta ser matemático ni científico para vaticinar que aún queda mucho camino por recorrer. Extremadura atraviesa la fase más dura de la pandemia desde sus inicios con la única diferencia de que entonces nos encontrábamos confinados y ahora disfrutamos de un régimen de semilibertad que nos ha otorgado el Gobierno de Pedro Sánchez multiplicando la responsabilidad por 17 ante su incapacidad manifiesta de hacer frente a la crisis. De este modo ha permitido que una región como la extremeña se defienda como gato panza arriba en un momento de especial dificultad en el que lidera la fatídica tasa de incidencia acumulada a los 14 días, con 799 casos activos de Covid-19 por cada 100.000 habitantes.

Nuestros vecinos de otras comunidades autónomas no se explican como una región eminentemente rural, con una bajísima densidad de población y núcleos dispersos puede haber alcanzado semejante cifra teniendo a su alcance numerosos factores positivos para afrontar la pandemia. No vale el pretexto de que la dispersión geográfica favorece la movilidad, principal herramienta de transmisión del virus; lo cierto es que en los núcleos aislados y con menos población existen menos posibilidades de propagación de un virus que se reproduce a una velocidad de vértigo en las zonas urbanas. Desde finales de diciembre en Extremadura los contagios crecen semanalmente de 2.000 en 2.000 en una peligrosa caída al vacío que, por el momento, no tiene intención de detenerse.

Si tenemos en cuenta que el Ministerio de Sanidad reconoce que de las 743.925 dosis de vacunas distribuidas sólo se han administrado 277.976, debemos empezar a concienciarnos de que, al menos de momento, los regalos de los tres Reyes Magos -Pfizer, AstraZeneca y Moderna- no son sino un parche que, en el mejor de los casos, tendrá efectos beneficiosos a medio y largo plazo.

En los últimos siete días Extremadura ha registrado en números redondos 7.000 nuevos contagios y ha duplicado la cifra de fallecidos de la semana anterior acercándonos al borde del precipicio sanitario. En estos momentos los contagios en la región se cuentan diariamente de mil en mil y los fallecidos casi de diez en diez. Hay que achacar al Gobierno central y autonómico la responsabilidad que le corresponde en tan grande desaguisado, pero no dejemos que se vayan de manos vacías aquellos ciudadanos de nuestro alrededor que han actuado con irresponsabilidad contribuyendo a provocar el cataclismo. El exceso de velocidad no sólo es peligroso cuando se va al volante; ya saben, vivir deprisa, morir despacio. Por eso este partido de 2021 va a ser una prórroga del que jugamos en 2020 y, con un poco de suerte, podremos librarnos de la tanda de penaltis.