Del 5 al 7 de abril el edificio de La Galera en Badajoz acogerá la III Muestra de la Asociación Pacense de Bonsái ‘Quercus’, en la que se presenta por tercer año consecutivo en la ciudad una muestra de bonsáis y suisekis.

Este evento tiene como objetivo el crecimiento en el conocimiento, desarrollo y cultura de este arte, por lo que hace extensiva la muestra a todas aquellas personas que deseen asistir a la inauguración de la misma, que tendrá lugar el viernes 5 de abril a partir de las 16:00 horas.

Durante la tercera edición de esta exposición se presentarán bonsáis procedentes de los socios de la asociación, así como del personal invitado de las provincias de Cáceres y Madrid. También tendrá lugar una exposición de suisekis, con piezas procedentes de prácticamente toda la geografía española y de Italia.

Además, se sorteará entre los asistentes que participen un prebonsái ofrecido por una de las empresas colaboradoras de la muestra. El horario de apertura al público será el viernes 5 de abril, de 17:00 a 21:00 horas; el sábado 6 de abril de 10:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 21:00 horas, y el domingo, último día de la exposición, el horario será de 10:30 a 14:00 horas.

El arte del bonsái es originario de China, se traslada a Japón en el siglo IV y aparece, con diferentes exposiciones japonesas en EEUU a finales del siglo XIX y principios del siglo XX en Europa.

En 1977 se celebra la primera exposición pública de bonsái en España, en la que se mostraba la colección particular de Fau Verges, que está considerado como el introductor de bonsái en España. La primera escuela se crea en Barcelona y los primeros clubs en Alicante en el año 1977 y en Valencia en 1979.

El suiseki se cree que es originario de China desde hace unos dos mil años, y pasó en el siglo IV a Japón. Se acepta que proviene de intercambios tanto culturales como comerciales entre China y Japón. El verdadero estilo japonés aparece a finales del siglo XVI.

Pequeñas piedras que representaban legendarias montañas e islas, asociadas a creencias taoístas o budistas y de gran belleza, eran situadas sobre peanas de madera. Estos presentes eran portados por los emisarios chinos a Japón, que lo adoptó a sus propios gustos, que mantienen su práctica hasta nuestros días.

La popularidad se ha desarrollado durante los últimos cincuenta años en Japón y se ha trasladado con posterioridad a occidente.