Ante la proximidad de la fiesta de Halloween, desde la Unión de Consumidores de Extremadura recuerda que los disfraces para niños deben cumplir con la legislación en materia de seguridad de juguetes, al ser productos dirigidos a menores de 14 años.

El incumplimiento de esta normativa, que puede poner en riesgo la salud de los pequeños, ha provocado la retirada de casi 400 referencias de disfraces en nuestro país en los últimos años.

En general, los incumplimientos más frecuentes en el etiquetado son la ausencia de advertencias de uso en castellano, la ausencia del marcado CE, que certifica que el disfraz ha sido fabricado respetando las normas de calidad y seguridad de la Unión Europea. En caso de disfraces dirigidos a mayores de 3 años, debe incluirse el símbolo que indica que no debe ser utilizado por menores de 36 meses y que falten datos del importador o fabricante, sobre todo su dirección completa.

Más graves aún son los incumplimientos de las normas de seguridad. Durante muchos años, los cordones presentes en la zona del cuello o la cabeza han provocado accidentes muy serios en toda la UE. A raíz de estos problemas, se dictaron varias normas que prohíben, en las prendas dirigidas a menores de siete años, la existencia de cuerdas corredizas, cordones funcionales o decorativos en la zona de la cabeza y el cuello.

También es frecuente que algunos accesorios, como las pelucas o las máscaras, no cumplan los requisitos sobre inflamabilidad exigidos por la normativa europea, lo que puede provocar que se incendien con mayor facilidad de la debida.

Por eso, es muy importante que los padres sean responsables de los disfraces que compran para sus hijos, máxime si son muy pequeños. Siguiendo unas recomendaciones y consejos muy sencillos se asegurarán de tener una fiesta de Halloween sin complicaciones.

Para evitar estas complicaciones, compre sólo disfraces que hayan sido fabricados en la Unión Europea y que incluyan su etiquetado, si el disfraz tiene máscara, o compra alguna suelta, compruebe que existan suficientes orificios de ventilación y que su tamaño es apropiado para quien vaya a usarla, si es un disfraz para un niño pequeño, comprobar que no haya piezas pequeñas o que se puedan romper con facilidad, bordes cortantes u objetos puntiagudos. En cuanto a las lentillas decorativas, deben venderse en establecimientos que dispongan de profesional cualificado y verificar que incluyen un etiquetado adecuado en nuestro idioma y si el disfraz tiene complementos (tridentes, escobas, pistolas, sombreros, diademas…), debe comprobar que no tienen partes punzantes ni piezas pequeñas que puedan desprenderse con facilidad y ser tragadas.

En esta fiesta de Halloween, es más frecuente usar maquillares o complementos que, en cualquier caso, deben cumplir toda la normativa europea. Recuerde que los cosméticos deben incluir en su etiquetado el nombre del producto, el del responsable (o fabricante o importador, incluida su dirección), la fecha mínima de caducidad, el número de lote y los componentes. Además, las pinturas deben ser no tóxicas e hipoalergénicas o, al menos, probarla en una zona de la mano, observando si causa alguna reacción. No olvide eliminarla después adecuadamente.

«En definitiva, de los adultos, depende exclusivamente la seguridad de los hijos. Podemos exigir de las administraciones competentes, como hemos hecho en infinidad de ocasiones, que inspeccionen; pero no ha inspector más eficaz que un adulto comprometido con la seguridad de los más pequeños», añaden desde Ucex.

En la foto de archivo, niños celebrando la fiesta de Halloween.