El portavoz del PP de Extremadura, José Ángel Sánchez, ha exigido “alto y claro” la dimisión inmediata del presidente de RENFE y la delegada del Gobierno en Extremadura ante la “humillación” que han sufrido los extremeños desde la puesta en servicio del conocido como tren de altas prestaciones. Asimismo, el portavoz ha incidido en que si no conocían que esto  podía  pasar, “están  demostrando  su  falta  de  responsabilidad”,  y  si  lo conocían, la situación  “se agrava aún más”.

Sánchez  ha  subrayado  que  el  PP  espera  que estas  dimisiones se produzcan por  respeto  a  los ciudadanos de la región, y teniendo en cuenta que el Ministerio de Transporte anunció que vendría el presidente de RENFE con la presidenta de ADIF. Así, el portavoz ha aseverado que lo que procede es que abandone su cargo y que asuma el bochorno al que han sometido  al  pueblo  extremeño, anunciando  que  deja  el  cargo en  nuestra comunidad autónoma.

El portavoz  del PP de  Extremadura ha exigido, a su vez, una disculpa pública al presidente del Gobierno de España y el presidente  Fernández  Vara,  que  ha callado  toda  la  semana.  Estas  disculpas deberían  pedirse  también  al  Jefe  del  Estado  y  a  la  Casa  Real  por  haberles utilizado para esa  inauguración  institucional.

“Fue una decisión política vender este tren como alta velocidad” y lo que  se exige ahora son responsabilidades políticas “en alta velocidad”, ha dicho Sánchez Juliá, que ha reiterado que esta línea no se debía haber inaugurado “si no estaba en condiciones de hacerlo”, porque es una negligencia que incrementa la humillación al pueblo extremeño. Hay que recordar que desde el primer día, el ALVIA registró problemas, y llegó  a  rodar  por  la  vía  antigua.  Además,  ha  manifestado  que  la única decisión que se ha tomado ha sido cesar a un técnico.

El portavoz ha hecho hincapié en que no se sabe cómo dentro del PSOE, dentro de la Junta y el Gobierno de España se puede mirar a los ojos a los extremeños diciéndoles  que  han  inaugurado  el  AVE,  porque es  un “auténtico  insulto  a  la inteligencia”. Se está hablando de problemas de infraestructuras, de problemas técnicos, de errores  en  la señalización,  de  fallos  en  el  sistema  y  de  un  largo etcétera   que la prensa ha podido ya trasladar a la sociedad. “Esto es insostenible”, ha apostillado.