El presidente de Renfe, Isaías Táboas, ha cesado de manera fulminante al gerente de Producción de Servicios Comerciales de la línea ferroviaria Madrid-Extremadura para intentar acallar las numerosas críticas surgidas ante la sucesión de errores del falso tren de alta velocidad que fue inaugurado hace dos días.

De este modo, el Gobierno elude cualquier tipo de responsabilidad política y vuelve a hacer lo mismo que en octubre de 2018, cuando puso en la calle al gerente de Gestión y Contratos de Fabricación y Mantenimiento y al gerente de Servicios Comerciales Sur, éste último con responsabilidad en las relaciones ferroviarias de los AVE, Alvia, Altaria y Talgo entre el centro peninsular, Extremadura y Andalucía.

Renfe intenta tapar así el desaguisado de un tren que se ha intentado vender a la opinión pública como un convoy de alta velocidad que en realidad no supera los 89 kilómetros por hora de media y que en tan sólo dos días acumula varios retrasos. La compañía ferroviaria ha reconocido que el Alvia y el Intercity han registrado demoras de aproximadamente una hora este miércoles y ha intentado achacar algunos retrasos a averías.

Este miércoles han circulado entre Madrid y Extremadura cuatro trenes y se han registrado retrasos por averías en los dos de la mañana y también en uno de los de la tarde. Renfe ha explicado que en todos los  casos se ha aplicado el compromiso voluntario de puntualidad y ha reintegrado el 50% y el 100% del importe del billete en función de la demora que se ha registrado en cada trayecto. De los cuatro trenes de servicios comerciales que realizan el trayecto entre Madrid y Extremadura dos son Alvia y los otros dos Intercity.

En un escueto comunicado difundido a última hora de esta tarde, la compañía ferroviaria asegura que se trata de «nuevos Alvia», cuando en realidad son trenes usados de la serie 730 que en el argot ferroviario son conocidos como Frankenstein porque fueron construidos a base de remiendos de otros de la serie 130. El tren que han intentado vender a la opinión pública como convoy de alta velocidad es un híbrido que fue estrenado hace más de una década para cubrir el servicio Madrid-Galicia y tiene tecnología de tracción tanto diésel como eléctrica.

SIN RESPONSABILIDADES POLÍTICAS

La sucesión de engaños sobre el AVE extremeño, unido a los retrasos acumulados en su puesta en marcha y las frecuentes averías surgidas en los últimos años en los viejos trenes que realizan el trayecto entre Madrid y Extremadura, han despertado en la sociedad extremeña una oleada de críticas nunca antes vista. Asociaciones empresariales, entidades independientes, partidos políticos y colectivos en defensa del ferrocarril -la mayor parte de ellos de tendencia progresista- han levantado la voz para exigir responsabilidades políticas por lo sucedido. Sin embargo Renfe ha repetido la escena del 15 de octubre de 2018 y ha optado por desviar las responsabilidades hacia un perfil técnico sin competencias ni capacidad para controlar viejos trenes que es previsible continúen dando problemas.

Durante el puente festivo del Pilar de 2018, los viejos trenes de Renfe registraron cuatro incidentes en tan solo un fin de semana, el más grave cuando un convoy que realizaba el recorrido entre Madrid y Mérida se quedó literalmente tirado en la localidad madrileña de Fuenlabrada por falta de combustible. En aquella fecha, el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, calificó lo ocurrido como «una puñetera vergüenza» y dijo que los ceses no compensaban lo ocurrido. Ahora se está a la espera de sus palabras sobre lo sucedido.