El Monasterio de Yuste (Cáceres), el recinto donde está enterrado Carlos I de España y V de Alemania (1500-1558), ha sido el escenario donde la canciller saliente, Angela Merkel, ha añadido un nuevo hito a su leyenda política tras recibir el premio que reconoce su compromiso europeo.

En la recta final de su mandato tras 16 años como canciller, Merkel ha recibido en su despedida de España los elogios de Felipe VI -quien le ha entregado el galardón-, del jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, y del líder del PP, Pablo Casado.

«Cuando hay gente que acaba siendo de todos un poco, es porque tienen algo especial», ha afirmado el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, al rendirse también a la figura de la política alemana, de 67 años.

Desde su llegada al exterior del monasterio, Merkel, con su habitual chaqueta, esta vez de color blanco, se ha convertido en el centro de atención, con las decenas de niños que aguardaban a las autoridades ondeando banderines de España.

A ellos se ha acercado para saludarles con el puño de su mano como gesto de agradecimiento, al igual que ha hecho el rey.

Don Felipe ha ejercido de anfitrión de Merkel en su visita al emblemático emplazamiento en una jornada soleada.

En alemán, el monarca ha charlado de manera cordial con la canciller en funciones antes y después del acto celebrado en la iglesia del monasterio.

También el jefe del Ejecutivo, junto al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha estado pendiente de ella en el paseo por los jardines ante la fachada del edificio.

Crítico con la dirigente alemana cuando se puso al frente del PSOE en 2014 por las recetas austeras que aplicó en la crisis de 2008, Sánchez ha elogiado en un tuit lo que ha representado para la UE.

«Gracias, Angela por tu trabajo estos años, por tu apoyo y esfuerzo para construir una UE más unida y solidaria», ha dicho Sánchez, quien ha ofrecido una comida a Merkel en el monasterio al término del acto en la que ya no ha estado el rey.

La canciller llegó esta mañana a España y se dirigió directamente al lugar donde ha recibido el premio, sin detenerse en el cementerio militar alemán que hay en la carretera desde Cuacos de Yuste, donde descansan militares germanos de la I y II Guerras Mundiales que pertenecieron a tripulaciones de aviones que cayeron sobre España.

Tras recibir el galardón con el símbolo de la UE, sí se acercó a saludar en el parterre a alemanes vinculados a Extremadura, entre ellos, la galerista Helga de Alvear, cuyo museo en Cáceres inauguraron los reyes el pasado año.

Al margen de Merkel, el acto ha dejado como imagen el apretón de manos de Sánchez y Casado al mismo tiempo que se anunciaba en Madrid el acuerdo del Gobierno y el PP para renovar varios órganos constitucionales, salvo el poder judicial.

Un encuentro entre ambos líderes que ha tenido como testigos al presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, y el del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes.

Tras la ceremonia del galardón, los invitados han departido de manera distendida, aunque no hubo cóctel para que no se retiraran la mascarilla.

Entre los asistentes, han estado el expresidente Felipe González y el exministro Javier Solana, quienes forman parte del palmarés del premio que concede desde 1995 la Fundación Academia Europea e Iberoamericana de Yuste.

A la cita se ha sumado la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, a quien Sánchez se ha acercado para saludarla e interesarse por su estado de salud tras su convalecencia por una enfermedad.

Desde hace varios años, la entrega del Premio Europeo Carlos V se celebra el 9 de mayo, Día de Europa, pero este año tuvo que aplazarse debido a la pandemia. EFE