La Asociación Turismo Norte Extremadura (Aturnex) ha pedido a la Junta una flexibilización de las restricciones y limitaciones aprobadas por la Junta hasta el próximo 9 de abril para poder afrontar estas fechas con mayores expectativas y poder así aliviar las dificultades económicas provocadas en sus establecimientos por la crisis sanitaria de la Covid-19.

La asociación ha señalado que los alojamientos rurales de gran capacidad «agonizan» con estas nuevas restricciones, al no poder acoger a más de cuatro personas, excepto convivientes, por lo que piden elevar este límite a 10 personas o poder vender las habitaciones individualmente y establecer restricciones en las zonas comunes, de forma similar a como lo realizan los hoteles.

Las restricciones de la Junta de Extremadura de reducir aún más el número de personas que pueden acoger, el cierre precipitado del Puente de San José, de la Semana Santa e incluso de los días intermedios ha supuesto la «puntilla» para las personas que regentan estas casas rurales, después de haber cancelado «todas sus reservas».

«Detrás de los alojamientos hay vidas humanas, existen realidades, historias y vivencias. Nadie les quita la ilusión de volver a llenar sus alojamientos, son los verdaderos artífices de la lucha contra la despoblación de sus municipios», señala la asociación.

Añade que sus clientes son los que «llenan de vida y contribuyen de manera directa a llenar restaurantes, empresas de actividades, pero además ayudan a las pequeñas economías de gasolineras, tiendas, etc.

Por todo ello, desde Aturnex no comprenden que la administración pueda realizar «cursos presenciales en recintos cerrados de 50 personas» mientras que no permite a más de cuatro personas, excepto convivientes, en alojamientos rurales que, «con todas las garantías necesarias, suelen estar en pequeñas poblaciones o en mitad de campo».

Unos alojamientos rurales que «no tienen apenas clientes desde hace más de seis meses y difícilmente podrán aguantar más tiempo si no se les encuentra una solución», motivo por el que la asociación propone aumentar el límite de personas a diez o que puedan vender por habitaciones con restricciones de zonas comunes similar a los hoteles.