Extremadura contará con un montante global de 6.423´8 millones de euros, que supone un crecimiento de las cuentas anuales del 7%, un total de 417´2 millones de euros más que en 2020.

La titular de Hacienda ha afirmado que los PGEx para 2021 no escatimarán medios para evitar que nadie quede sin amparo y para acelerar el paso hacia la recuperación de la actividad y del empleo.

Una afirmación que ha refrendado con datos: Extremadura es la Comunidad Autónoma que más invierte en Atención Primaria (246 euros por persona), muy por encima de la media nacional (155) y la segunda que más invierte en dependencia (286 euros por persona), según la JUnta.

Blanco-Morales ha destacado que, en el contexto de la crisis sanitaria, económica y humanitaria, estos presupuestos son un hito de esperanza y confianza para los extremeños que abordarán los problemas estructurales, más allá de la imposición de lo urgente.

La vicepresidenta ha asegurado que son unos presupuestos de perfil expansivo, en los que se traduce a cifras la voluntad unánime y coordinada de la Junta de Extremadura, del Gobierno de España y de la Unión Europea de poner toda su capacidad financiera al combate de la COVID-19.

Las cuentas regionales, ha añadido Blanco-Morales, se benefician de estas decisiones. En el caso de la Unión Europea, a través de un ambicioso Plan de Recuperación, que fue objeto del histórico acuerdo del Consejo Europeo de julio de 2020 y del reciente acuerdo del Parlamento Europeo del pasado 10 de noviembre.

En cuanto al Gobierno de la nación, la vicepresidenta primera ha citado dos importantes medidas: la decisión de suspender las reglas fiscales, que permitirá a Extremadura mantener el mismo nivel de gasto que en 2020; y el mismo nivel de recursos del Sistema de Financiación Autonómico.

En este contexto, un presupuesto expansivo no implica, ha remarcado, poner en riesgo la sostenibilidad de las finanzas extremeñas, ya que lo prudente del nivel de endeudamiento de la región explica las buenas condiciones en que Extremadura consigue financiarse y desautoriza los augurios de quienes, por la mañana, reclaman más gasto público y, por la tarde, “pasean el fantasma de la insolvencia”.