El incendio que se originó el pasado sábado en el municipio portugués de Oleiros y en el que perdió la vida un bombero se encuentra controlado, si bien hay 868 personas operativas trabajando aún en las labores de extinción junto con 274 vehículos y dos medios aéreos, uno de los cuales está haciendo vigilancia para localizar puntos calientes.

Con el perímetro del incendio controlado, los esfuerzos se centran ahora en evitar que el fuego se reavive, ya que existen aún partes activas. La lucha contra el fuego comenzó en Oleiros y se extendió a los municipios de Proença-a-Nova y Sertã y evolucionó de manera favorable gracias a la caída de las temperaturas que se produjo durante la noche.

El domingo habría tres aldeas del municipio de Oleiros que estaban en «riesgo efectivo» debido a este incendio, que a falta de cifras oficiales puede haber calcinado unas 6.000 hectáreas de superficie. La localidad rayana de Oleiros está situada a unos 130 kilómetros de la frontera extremeña y no ha habido riesgo de que las llamas pudiesen afectar a la parte española. El fuego se inició durante la jornada del sábado y la columna de humo pudo verse desde varias zonas fronterizas de Extremadura.

Durante las labores de extinción, uno de los vehículos que participaba en las tareas sufrió un accidente y como consecuencia de ello uno de los bomberos de la corporación de Proença-a-Nova murió, dejando heridos a otros cuatro ocupantes del vehículo.

La rápida evolución del incendio extendió las llamas a municipios cercanos lo que obligó a reforzar el número de equipos terrestres para evitar el avance de las llamas. El gobierno portugués ha decidido decretar el estado de alarma hasta el martes debido al desarrollo de los incendios en el país y las altas previsiones meteorológicas que podrían agravar la situación.