Durante el año 2010 inicié un estudio pormenorizado de las distintas puertas de acceso a la zona amurallada de Coria. En él, y analizando los distintos nombres que las puertas habían tenido a lo largo de la historia, constaté que la portona llamada de las “Cuatro Calles” había tenido el nombre de “Puerta del Duque”, gracias a su proximidad al palacio de los Duques de Alba, siendo modificada años más tarde por el nombre de “Puerta de la Ciudad”.

Posteriormente, en el año 2015 realicé una publicación detallando las distintas pesas y medidas que aparecían grabadas en la misma portona, y que fueron  usadas en Coria durante siglos. Al mismo tiempo solicité la intervención inmediata por parte del Ayuntamiento de Coria dado el importante deterioro que los grabados presentaban. Lamentablemente aún no se ha tomado medida alguna para garantizar su conservación, cuestión que se antoja imprescindible para que las generaciones futuras puedan seguir contemplándolas en el mismo lugar en el que han estado durante los últimos siglos.

Además, y como curiosidad, hay que comentar que en las mismas paredes que forman el arco de entrada y acceso, es posible visualizar unas pequeñas marcas realizadas por los propios canteros, a modo de “firma”, en los sillares de piedra granítica. De esta forma, al finalizar el día al cantero se le retribuía en función del número de piedras trabajadas. Teniendo en cuenta que las murallas son  de origen romano, (datadas entre los S. III – V d.c), y que durante esa época los romanos no usaban canteros para el labrado de las piedras, podemos deducir que gran parte de las portonas o puertas de acceso al casco histórico fueron restauradas.

A lo largo de toda la geografía española aparecen diferentes patrones de unidades de medida, siendo “la vara” la más representada. Encontramos casos únicos y excepcionales, como sucede con la Vara de la Tahúlla, grabada en la misma iglesia de Santiago de Villena, y que tiene una longitud de 29,2 metros lineales, cifra que al cuadrado corresponde a 852 metros cuadrados, o lo que es lo mismo, la superficie de la citada medida.

Para plasmar este tipo de medidas se usaban siempre sillares de piedra -para que el grabado perdurase en el tiempo-, y se elegían lugares públicos, céntricos  o de obligado paso. Además, para evitar discrepancias en las medidas, se utilizaba un sillar para cada una de las medidas, teniendo el grabado la característica de ser una marca incisa con trazo profundo.

La realización de estos grabados se extendió fundamentalmente durante los siglos XV y XVI. Los representados en nuestra “Puerta de la Ciudad” suponen un caso singular, puesto que fueron grabados en la propia muralla romana y se usaron los dos laterales de acceso a la puerta, Aun teniendo en cuenta que es una de las Puertas que mantiene mejor junto con la de San Pedro la traza Romana, no nos cabe duda de la reutilización de materiales y las reconstrucciones dados los innumerables asedios a los que fue sometida la Ciudad. Creemos que las grabaciones son coetáneas de las realizadas en Bergara. Hoy en día aún podemos contemplar grabadas una serie de pesas y medidas en la misma muralla romana, pero que lamentablemente siguen sometidas al deterioro, más provocado por algunos incívicos que por el paso de los siglos.

Al tener la ciudad de Coria la condición de realengo y disponer de un fuero propio, (otorgado por el rey Alfonso IX entre 1222 y 1228), nos damos cuenta de la importancia que tuvo nuestra ciudad y el empeño de la corona para potenciar y premiar su repoblación. Los grabados establecidos en nuestra muralla, adquieren aún más valor, teniendo en cuenta que incluso después de que los Reyes Católicos  intentaran la unificación de las pesas y medidas de los Reinos, Coria, gracias a la conservación de su fuero, siguió utilizando los suyas propias. De esta forma, todos los mercaderes o viajeros que deseaban realizar transacciones comerciales dentro de la ciudad, debían previamente adaptarse a las medidas oficiales establecidas en Coria.

Gracias a los ejemplos de antiguas medidas grabadas en diferentes lugares públicos de nuestro país, sabemos que la necesidad de grabar los patrones de medidas en los espacios públicos, se realizaba según las circunstancias de que cada reino, cada región, cada zona, e incluso en algunos casos, cada ciudad. Esto suponía notables diferencias en las dimensiones de los grabados establecidos según el lugar, tanto para los sistemas de longitud como para los de capacidad o superficie, de ahí la necesidad de conservar las medidas oficiales, bien fuese en archivos, grabadas en un lugar accesible a toda la población como mercados o plazas, o como sucede en el caso de Coria, grabadas en la principal puerta de acceso a la ciudad.

El proceso se debía efectuar con la supervisión del Concejo, que delegaba en alguna persona autorizada para de esta forma garantizar la fiabilidad de las transacciones, evitando abusos en las ventas durante los días de mercado. Al mismo tiempo, hay que reseñar que en la ciudad de Coria se desarrollaba un importante mercado intramuros, especialmente el día 3 de Mayo coincidiendo con la festividad de la exaltación de la cruz y la exposición de las sagradas reliquias, llegando a reunir cerca de 10.000 personas según crónicas.

La mayor parte de los grabados que se conservan en nuestro país corresponden a la vara, quizás por ser esta la medida más usada, siendo la Vara de Burgos la más usada a finales del siglo XVIII, (con una longitud de 0,8359 m).

Como curiosidad, en Bergara, concretamente en la fachada de su ayuntamiento, aparecen grabadas la vara junto con la baldosa, la teja y el ladrillo que coinciden en su representación con las grabadas en la Puerta de la Ciudad o Puerta de la  Guia. En Bergara se encuentran en las columnas 1 y 7 del Ayuntamiento Viejo, siendo las medidas de La Teja 48x20x27,6. El ladrillo 34,5×17,5 grosor 3,7 y la baldosa 33,5×33,5.

En Extremadura merece especial atención la Vara de Zafra, situada en el fuste de una columna de su histórica Plaza Chica, lugar donde se ubicaba el ayuntamiento y se celebraban los mercados. Otro caso muy interesante, también en la provincia de Badajoz lo encontramos en la Parroquia de San Pedro Apóstol (S. XVI), de la población de Almendral, donde en uno de sus contrafuertes de la portada aparece grabada la Vara Castellana.