LUCÍA SEMEDO 

 

La Policía Nacional ha alertado a la población sobre el repunte de falsos secuestros registrados en los últimos meses. Desde esta institución han explicado que las víctimas reciben llamadas telefónicas en las que les exigen cantidades que llegan hasta los 10.000 euros por la liberación de un familiar, imitando su voz.

Esta modalidad de estafa telefónica busca “generar una situación de bloqueo y angustia en el interlocutor” al hacerle creer que una persona cercana ha sido secuestrado y que será torturado si no se efectúa el pago demandado. Desde Policía Nacional han aconsejado que “desconfíen y llamen al 091”.

El incremento de casos se ha registrado desde enero y ha llegado al medio centenar de víctimas principalmente en Madrid. Sin embargo, la Policía ha alertado de casos en otras provincias. Según los agentes, esta oleada de llamadas sigue el patrón de las detectadas hace aproximadamente un año, cuando la Policía Nacional detectó a los miembros de la trama en Santiago de Chile.

El modus operandi sigue las mismas pautas concretas que se basan en que los supuestos secuestradores realizan llamadas desde números desconocidos con el prefijo chileno, 0056, y se valen de amenazas e intimidaciones para que les facilite más información sobre el familiar supuestamente secuestrado.

Los autores emplean estos datos para “hacer más creíble la situación”.  Los agentes han indicado que “el objetivo es que, ante frases como “mamá, estoy secuestrado” o “me quieren matar”, la víctima no pueda colgar para comprobar la veracidad de los hechos y pague el rescate que oscila entre los 1.000 y 10.000 euros”.

Desde Policía Nacional han indicado que las llamadas se realizan principalmente a teléfonos fijos y que cuando los autores del delito obtienen resultados positivos repiten la llamada a números sucesivos por lo que gran cantidad de víctimas se concentran en las mismas zonas.

En este nuevo repunte de llamadas, los delincuentes han pasado del pago mediante depósitos a través de compañías internacionales dedicadas a tal actividad a las entregas en mano, haciéndoles creer que están vigilando para que no intenten realizar ninguna otra llamada o comprobación, según indica Policía Nacional.

Los autores de este tipo de estafas prolongan la llamada durante bastante tiempo para evitar que la víctima pueda corroborar la veracidad de la información y para conseguir que se realice un pago rápido. Hasta la fecha, tan sólo una persona ha realizado el pago del supuesto rescate, la víctima transfirió a los criminales 1.000 euros en un locutorio de Madrid.