Campechano, el astado de la Peña El 27 y de la ganadería de Hermanos Pérez Escudero, murió a las 21:50 horas de un disparo en la confluencia de las calles Rejas, Sol y Seminario ante la atenta mirada de decenas de aficionados que le acompañaron durante todo el festejo. La cita taurina concluyó sin incidentes destacables y sin heridos por asta de toro.

El animal, que acusó las altas temperaturas registradas en Coria, se comportó irregularmente durante la lidia en la Plaza de España y en su posterior recorrido por las calles del recinto amurallado. Afortunadamente, se dejo ver por las concurridas zonas de La Catedral y la PLaza de San Pedro y sintió especial querencia por la  calle de La Iglesia donde permaneció buena parte de la tarde.

La asombrerá de la Peña El 27, Isa Gutiérrez, confesó a Radio Interior sentirse satisfecha con la labor que ha desempeñado en los últimos meses al frente de esta emblemática peña y reconoció sentirse recompensada "por ver a mi pueblo contento, todo el esfuerzo merece la pena". En cuanto al comportamiento del astado elegido para San Juan, aseguró que el animal acusó el calor, aunque en general valoró positivamente el papel de Campechano.

El astado salió a la plaza de España tras sonar la tercera campanada dos minutos antes de lo previsto. Campechano abandonó los corralones como una exhalación, con ágilidad y barriendo los barrotes de la zona inferior de la plaza de toros de Coria. El toro de la ganadería de Hermanos Pérez Escudero respondió a las llamadas de los mozos, incluso con embestidas largas, pero tras los muletazos y recortes, el animal se vino abajo y los aficionados prefirieron dejarle para que diera juego en su posterior recorrido por las calles de la población. Incluso, la organización pidió a través de la megafonía que no se lidiara al astado en el albero.

EN PROCESIÓN

El animal, discreto de pitones y meano, no siguió el ejemplo de sus predecesores y abandonó la plaza por la portona que desemboca en la Calle del Obispo, aunque durante unos minutos se quedó encajonado junto a la calle de Alonso Díaz para posteriormente acercase a la zona de La Catedral, espacio que abandonó muy lentamente para llegar a la calle de La Iglesia, donde estuvo rodeado de cientos de mozos. Los aficionados, acompañaron al astado muy de cerca, como si de una procesión se tratara, en buena parte de su recorrido por el casco histórico.

Los jóvenes siguieron muy de cerca los movimientos del animal aprovechando su pereza en los movimientos y su extremada lentitud al caminar. Fue necesario hacer uso de la pica eléctrica y refrescarlo desde las peñas para que el astado, llegado desde la finca que la ganadería de Pérez Escudero tiene en el término salmantino de Sancti-Spiritus, se moviera aunque muy lentamente y sin apenas generar emoción entre los aficionados. Se sintió cómodo junto a la Peña del Agua, en la confluencia de las calles del Seminario y de la Iglesia, donde le refrescaron. Sólo ahí reaccionó metiendo pitones entre los barrotes y rozando la fachada del inmueble.

En esta zona el toro llegó a arrodillarse y poco después aprovechó para beber de los regatos. Entonces se recuperó, se movió de forma más ágil y rápida, y a medida que fue cayendo el sol, el astado comenzó a responder a la llamada de los jóvenes que llamaron su atención con capotes, muletas, camisetas o cartones. Llegó a la Plaza de San Pedro, espacio donde cada jornada se congregan cientos de aficionados, abandonó por la calle de las Hilanderas y se emplazó varios minutos en la Plazuela de San Benito, de donde luego partió hace las calles de El Cuerno y El Almendro.

DEL HEMICICLO  AL RUEDO

Si en la tarde del domingo fue el futuro presidente de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago, quien vivió "in situ" los Sanjuanes de Coria, ayer el turno fue para Fernando Manzano (PP), recientemente nombrado presidente de la Asamblea de Extremadura.

Manzano pasó una tarde especial en Coria y manifestó sentirse orgulloso de tener la oportunidad de disfrutar del "ambiente extraordinario, de esta gran fiesta".

"Estamos viviendo el festejo con el alcalde y con el resto de la corporación en un día grande para la ciudad", dijo en declaraciones a Radio Interior. Fernando Manzano, natural de Malpartida de Cáceres, reconoció que no es demasiado taurino, pero sí aseguró que le gusta vivir los acontecimientos festivos con la  gente y sentir de cerca el ambiente de San Juan, una fiesta también conocida en el resto de España.

"Da gusto estar hoy en las calles de esta ciudad", apostilló.

Manzano, que estuvo en todo momento acompañado por el alcalde, José Manuel García Ballestero (PP), tuvo la oportunidad de descubrir el ritual taurino de San Juan con  las explicaciones del primer edil y realizó un cercano seguimiento a un gran festejo en una jornada donde también se registraron elevadas temperaturas en Coria.