El Instituto de la Mujer de Extremadura (IMEX), ante la publicación del Balance de la Evolución de la Violencia de Género de enero a junio de 2010, quiere hacer una valoración sobre determinados aspectos que en éste se reflejan.

Los datos que aparecen son datos nacionales y reúnen los aportados por las distintas CCAA, por lo que no son directamente extrapolables a Extremadura, debiendo tenerse en cuenta algunos factores diferenciadores como los siguientes:

-En cuanto al número de denuncias, mientras que a nivel general se produce un incremento del 2,7 por ciento, la realidad de Extremadura es muy diferente: en la región, el número de denuncias está por encima del 19 por ciento, lo que pone de relieve la confianza de las mujeres en los recursos y medios que esta Comunidad Autónoma pone a su disposición.

-En cuanto a homicidios se refiere -y asumiendo como "nuestras" todas las mujeres víctimas de la violencia con resultado de muerte con independencia de la CCAA de pertenencia-, a nivel nacional y en datos comparativos entre julio de 2009 y 2010, se ha producido un incremento en el número de homicidios en torno al 25 por ciento, mientras que en Extremadura se mantiene la cifra de cero víctimas. Este dato, unido a la existencia de unas mil mujeres protegidas, pone de relieve la eficacia de los sistemas de protección que actualmente funcionan en la Comunidad Autónoma.

-Por otra parte, los resultados que se aportan en el Balance sobre la percepción social sobre la Violencia de Género (VG), manifiestan el desajuste entre la percepción expresada y la realidad objetiva del fenómeno de la VG y, por tanto, ponen en evidencia la necesidad de seguir trabajando en la sensibilización de la ciudadanía.

Una sensibilización que debería contener tres ejes: un mayor conocimiento del fenómeno de la VG; la mayor comprensión hacia las víctimas que no pueden ser consideradas a la vez víctimas y culpables por no denunciar, por seguir junto a su pareja, por poner denuncias falsas… etcétera; y, por último, el mayor rechazo a las conductas de los maltratadores que debería concretarse en la negación de excusas tales como las relativas al consumo de sustancias tóxicas, encontrarse en paro, etc. para cometer el delito que supone este tipo de violencia.

En cuanto al tema de las denuncias falsas, los datos de la memoria del Consejo General de Poder Judicial (CGPJ) relativas al año 2009 ponen de manifiesto que de 530 resoluciones estudiadas, sólo una de ellas pudo encuadrarse como denuncia falsa.

La conclusión a la que llega el CGPJ es que no puede afirmarse que en materia de VG exista un número de denuncias falsas diferente al que existe en cualquier otro tipo de delitos, por lo que se debe desterrar el mito de que los hombres son objeto de un alto porcentaje de denuncias falsas, ya que esta cuestión tiene que ver más con la percepción de la ciudadanía que con la realidad demostrable.

Efecto Bonsái

La mujer sometida durante largo tiempo a maltrato psicológico o/y físico tiene muy baja autoestima y, a menudo, llega a creer que se merece lo que le pasa, creando así lazos de dependencia respecto de los maltratadotes. Esto es lo que Miguel Lorente ha definido como 'Efecto Bonsái', donde gráficamente viene a decir: "Un bonsái no es un árbol que no crezca, sino un árbol al que se le impide crecer, al que se le van cortando ramas y raíces para que no se desarrolle. Es lo que hace el maltratador. Cuando su pareja intenta crecer como persona, él se encarga de podar eso, pero al mismo tiempo da las justas dosis de cariño para que no muera. La propia mujer se nota impotente, pero como recibe lo que necesita para seguir viviendo, crea una relación de dependencia. Depende de la misma persona que la anula. Y llega a creer que sin él no va a poder vivir. Para poder desarrollarse, para poder crecer, necesita un proceso de adaptación. Como el bonsái; si lo sacamos de su mínima maceta y lo plantamos en el jardín, se muere, porque ni siquiera tiene raíces para profundizar buscando agua en el suelo." (EL PAIS, 1 de agosto, 2010).

En cuanto a la justificación de las conductas de los maltratadores, el Balance pone de relieve un aumento en las percepciones que pueden justificar el maltrato, reiterando estereotipos que se consideraban superados como que los maltratadores tiene problemas psicológicos, llegando incluso a culpabilizar a la mujer por mantener la convivencia con el agresor, justificando la violencia con criterios genéticos o por el hecho de haber sido víctimas de violencia o testigos de violencia en su infancia; justificándose por otras razones amparadas en la actual situación económico social mundial de crisis y desempleo o justificando que el hecho de romper las relaciones hombre-mujer supone una causa razonable de agresión.

Esta falsa percepción debe combatirse con el aporte de datos objetivos que claramente pongan de relieve lo contrario y que vienen a confirmar el manido argumento de que la realidad de la Violencia de Género es más profunda y deriva de las desiguales y jerarquizadas relaciones entre hombres y mujeres que predisponen al hombre hacia la violencia para mantener su situación de poder frente a la mujer.

Los teléfono 016 y el 112 atienden las veinticuatro horas del día a las víctimas de violencia de género