Tras 13 años de intento de hacer efectivo el hermanamiento con Cuenca, el Ayuntamiento de Plasencia, de la mano de la alcaldesa de la ciudad, Elia María Blanco, decidió retomar esta iniciativa y remitió un escrito el pasado 10 marzo para activar esta relación siguiendo el protocolo y juramento de hermanamiento que marca la Unión Europea para su constitución.

En ese momento, el Gobierno Local, elevó la propuesta de constitución del comité de  hermanamiento; órgano que marca el reglamento municipal de Honores y distinciones en el que están representados los grupos políticos y tejido social.

Así, siguiendo con los trámites administrativos pertinentes, el Pleno del Ayuntamiento de Plasencia ratificó, el pasado 26 de julio, en sesión ordinaria, el compromiso de hermanamiento de la capital del Jerte con la ciudad de Cuenca, un proceso que ha concluido con el acto oficial que se ha desarrollado en el marco de la fiesta del Martes Mayor placentino

Desde el Ayuntamiento de Plasencia, señala el Gobierno Local, "intentamos fomentar los hermanamientos como acuerdos de colaboración solidaria entre ciudades que comparten características, vínculos históricos o problemáticas comunes y que están orientados a promover acciones y proyectos ligados a las áreas de cultura, turismo, desarrollo económico local, servicios públicos y políticas sociales que mejoren las condiciones e impulses nuevas iniciativas que contribuyan al desarrollo y a la proyección de las ciudades implicadas en esta relación bilateral".

La experiencia de otros hermanamientos, argumenta la responsable de Turismo, Raquel Puertas, "nos han permitido recaudar fondos de la Unión Europea para desarrollar actividades e intercambios al objeto de ofrecer a los vecinos la oportunidad de conocer mejor la vida cotidiana de los ciudadanos de otras poblaciones y países; de comunicarse e intercambiar experiencias con ellos y descubrir nuevas culturas que nos hagan crecer y desarrollarnos conforme a las nuevas tendencias que demanda el mundo globalizado, y donde el acercamiento entre los pueblos promueva la diversidad cultural y el respecto común".

Son muchas las similitudes que mantienen ambas ciudades desde que fueran fundadas por el mismo rey castellano Alfonso VIII.

El Fuero de la ciudad de Plasencia es prácticamente una reproducción del de Cuenca; en ambos se regula las relaciones entre musulmanes, judíos y cristianos; del mismo modo eran regulados los oficios urbanos y su actividad comercial en los que se movían actividades artesanales muy similares.

Asimismo, las dos ciudades son sedes episcopales, lo que ha generado un rico patrimonio religioso con templos con idénticos nombres como San Martín, San Nicolás, San Pedro, el convento de la Merced, o su majestuosa Catedral: esto último, "ya nos hermana a través de la Red de Ciudades Catedralicias de la que ambas ciudades forman parte".