Con lágrimas en la cara. Así se despedía este lunes Jonathan Guisado del atletismo. El ultrafondista extremeño ha tomado la difícil decisión de abandonar temporal o incluso definitivamente este deporte. Toda una vida de esfuerzos que ahora se convierten en recuerdos "duros de soportar y difíciles de olvidar", tal y como ha informado la Federación Extremeña de Atletismo en un comunicado. El extremeño sacrifica así un sueño porque, según sus palabras, "está bajo de autoestima, está deprimido y no tiene fuerza psicológica para afrontar las largas distancias".

La noticia llegó este lunes a su equipo de prensa -los cuales aún no se lo pueden creer- a través de una llamada telefónica del propio atleta desde la capital gaditana, ya que al parecer Jonathan pasaba unos días de descanso para poder terminar su libro, para una publicación segura que será en los próximos meses de abril o mayo.
En este sentido, la Federación ha remarcado que Guisado sigue luchando por Silvia, una niña que sufre una parálisis cerebral de un 80 por ciento, y que, según dice, intentará continuar con la campaña que inició, aunque se sincera y comenta que no tiene ánimos para ello. Y es que e atleta "aún emocionado, ha podido hablar con distintos medios, pero no quiere explicar cuáles son las causas por las que abandona".

En estos días ha recibido numerosas llamadas de animadores que lloran por su retirada, que lo apoyan e incluso que le suplican que no lo haga, pero la decisión del atleta de ultrafondo más solidario de la historia ha sido la de colgar el equipo y decir un hasta pronto a sus sueños.