La segunda fase de obras del bulevar de Cañada Real se ha llevado por delante más una veintena de árboles. Poco ha gustado a los vecinos esta tala masiva que el concejal de Desarrollo Sostenible, Juan Carlos Herrero, justificó ayer en que las raíces de estos árboles provocaban daños en las redes de agua y electricidad.

"Era necesario hacerlo por la obra", dijo el edil, a la vez que hizo hincapié en que "la catalpa -la especie de árbol talada- tiene muchísima raíz y se habían metido en las redes. Nos hemos encontrado tuberías rotas y alcantarillas atascadas porque había raíces que las atravesaban. Casi todas las averías de agua que ha habido en la avenida se debían a las raíces", insistió.

Ante las críticas del vecindario, aseguró que "las que se han podido salvar se han salvado y están en un vivero" y, como contraposición, afirmó haber recibido varios escritos de vecinos que precisamente pedían que se eliminaran estos árboles. "La gente se quejaba sobre todo de la suciedad que dejaban porque tienen muchos bichos y la savia cae al suelo o decían que les molestaban en sus viviendas".

Además, explicó que el proyecto del bulevar incluye plantar nuevas especies y estudia ahora si serán cipreses o robles.