Indignación y alarma. Es el sentir de muchos de los padres de alumnos del colegio Ramón y Cajal, que denuncian la falta de medidas de seguridad en las obras de reforma del colegio y exigen a la Junta que subsane estas carencias y acabe cuanto antes las obras. Estas comenzaron a finales de agosto y al inicio del curso muchos padres se quejaron a este periódico de "falta de previsión" y de que no se hubieran aprovechado las vacaciones para realizarlas. Ahora, además de insistir en esta queja, varios padres han enviado escritos al delegado provincial de Educación, alarmados por el desprendimiento de partes del techo en dos aulas en las que alumnos daban clases.

En uno de los escritos, un padre explica que "los propios profesores sacaron a los alumnos de las clases y los llevaron a un patio, porque otro está inhabilitado por las obras, al desprenderse parte del techo". Ante esto, otro padre advierte: "No parece razonable que nuestra hija haya tenido que dar clase en un aula cuando los albañiles trabajaban en el techo de la misma".

Los padres de los alumnos afectados amenazaron con no permitir a sus hijos el paso a las clases y estos fueron trasladados. Pero se quejan de que les han llevado al aula de informática y a la de psicomotricidad, que "no están habilitadas porque no hay ventilación ni luz natural".

Este suceso ocurrió hace un mes y los padres lo ponen como ejemplo de la falta de medidas de seguridad en la obra. Lo han hecho público ahora porque consideran que poco ha cambiado desde entonces, ya que denuncian que obreros y alumnos comparten espacio, como un pasillo donde se acumula parte del material de obra y que "apenas está separado por una valla metálica sin protecciones y con un suelo que se convierte en una pista de patinaje por el polvo".

Además, advierten de que todo esto está afectando al normal desarrollo de las clases porque "tanto profesores como el tutor de nuestros hijos nos han reconocido que a veces resulta difícil oírse en clase", explica un padre en su escrito. Además de esto, critican la actitud de la dirección porque aseguran que no ha dado información alguna a los padres sobre las obras ni antes ni al inicio del curso, aunque el colegio afirma que sí lo ha hecho. Además, se quejan de que la dirección solo habilitara dos aulas extraordinarias para alumnos "cuando los padres hemos anunciado medidas de presión".

Por todo, han pedido al delegado provincial que se subsanen estas deficiencias y que la Junta planifique este tipo de obras adecuadamente porque siguen sin entender que no se aprovechara el verano o no se trabaje fuera del horario escolar.