La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Badajoz inició la mañana de ayer el juicio contra los cinco miembros de una supuesta banda organizada dedicada al robo en el interior de viviendas, que continuará hoy después de que ayer se suspendiera tras la declaración de los acusados, de los médicos forenses y de uno de los miembros de la policía que intervino en la investigación y en la detención. Los acusados son O. M, de nacionalidad argelina; B. H., del mismo país; D. K., egipcio; A. B., argelino; y la mujer D. A. M. S., de nacionalidad canadiense.

El fiscal les acusa de un delito continuado de robo con fuerza en las cosas en casa habitada y solicita en sus conclusiones provisionales un total de 30 años de prisión para todos, lo que supone la pena individual de 6 años de cárcel para cada uno de ellos. Mientras, las defensas, que inicialmente negaban la autoría de los acusados en los hechos de los que se les acusa y pedían la libre absolución, a raíz de las declaraciones de ayer modificarán sus conclusiones en el caso de los autoinculpados, pues éstos asumieron la autoría de los hechos y exculparon a los otros tres.

Así, los abogados de O. M. y de B. H. modificarán su escrito inicial para asumir la responsabilidad de éstos y solicitar que se les imponga la pena mínima, que sería de 3,5 años de prisión, teniendo en cuenta las atenuantes de arrepentimiento expontáneo y drogadicción, como explicó el letrado Fernando Fontán. Los defensores de los otros tres mantendrán la inocencia de éstos y pedirán su absolución.

El ministerio público les acusa de los robos perpetrados entre el 30 de octubre y el 8 de noviembre en siete viviendas particulares de Badajoz, aprovechando la ausencia de sus moradores para abrir las puertas de los pisos forzándolas sin causar daños, para lo cual utilizaban tarjetas de plástico. Con ellas, los ladrones abrían el resbalón de la cerradura de forma limpia. Una vez en el interior, se apoderaban de cuantos objetos de valor, joyas y dinero encontraban.

Los robos se cometieron en domicilios de la plaza Diego de Badajoz, en la calle J. M. Trenado Serrano, en la calle Antonio Nebrija, en Ramón Fernández Moreno, en la calle Julio Cienfuegos, así como en las calles Argüello Carvajal y Nazaret. Los ladrones se apoderaron de ordenadores, cámaras fotográficas, joyas y dinero, ocupándosele a uno de ellos 6.091,67 euros en el momento de su detención, cuando salía de la casa donde vivían tres de los acusados, O.M con su novia D. A. M. S. y B. H.. Estos dos se hallaban ya en prisión y la policía detuvo después a la joven y a los otros dos inculpados.

O. M. y B. H. explicaron que primero habían negado los hechos, pero que una vez en prisión decidieron contar la verdad, que fueron ellos los únicos autores; que la joven, que fue quien alquiló el piso que ocupaban en General Carracedo, no sabía nada de su actividad, y que los otros dos habían llegado de Lisboa para buscar un abogado para los detenidos, porque los avisó la intérprete que actuó en la policía. Así lo confirmaron luego todos ellos.