Un extremeño de 56 años, natural de Cilleros (Cáceres) y para quien la fiscalía ha solicitado 142 años de cárcel –y la acusación particular 210– por violar y abusar de sus tres hijas durante más de 20 años, reconoció ayer que las sometía a "tocamientos por todo el cuerpo", pero ha negado que las hubiera violado .

Además de las penas de prisión, la fiscal, quien ha pedido menos penas por considerar que algunos de los delitos de violación habían prescrito, reclama 36.000 euros por los daños ocasionados a la hija menor, a quien presuntamente violó en "al menos" diez ocasiones, más las indemnizaciones que determine la sentencia, informa El Periódico Extremadura.

Por su parte, la acusación particular ha solicitado 90.000, 120.000 y 360.000 euros en concepto de indemnización para la mayor, la mediana y la pequeña, respectivamente, ya que las tres sufren un trastorno de estrés postraumático "crónico" con "graves secuelas que, seguramente, no remitirán", según los peritos psiquiatras.

Durante su declaración, A.C.R. que era vecino de Cilleros, donde nacieron también sus hijas en 1974, 1978 y 1983, insistió en que "sólo las tocaba", también en sus partes íntimas. Tras esto aseguró que ellas "nunca se resistieron" y que "se hacían las dormidas". Por contra, negó que las hubiera amenazado de muerte para cometer los abusos.

Las hijas, que actualmente tienen 34, 30 y 25 años, declararon como testigos protegidas las hijas. Según los peritos, sufrieron tocamientos y violaciones desde muy pequeñas, la mayor desde los dos años. Las tres, además de relatar los "múltiples tocamientos y violaciones", coincidieron en apuntar el miedo "tan horrible" que vivián. "Teníamos dos padres: uno de día, amable, responsable y trabajador, y otro, de noche", apuntillaron. Además, acusaron a la madre de ser cómplice de los abusos, aunque en ocasiones amenazó con un cuchillo al padre si las volvía a tocar.

Al respecto, la mujer del acusado contó que su marido le prometió que "no volvería a hacerlo", y añadió que declaró ante la Policía que conocía lo que ocurría, aunque también dijo que sus hijas mentían en algunas cosas.