Las asociaciones ecologistas Arba Extremadura y la Fundación Global Nature reclamaron ayer a las autoridades comarcales y regionales más apoyos para la Fiesta del Árbol del Villanueva de la Sierra, el festejo ecologista más antiguo del mundo.

Ayer esta localidad celebró la efeméride en su edición número 203 y lo hizo de forma especial porque los actos comenzaron el pasado sábado con la creación de un jardín botánico en Las Pilas, una actividad en la que participaron cerca de 150 voluntarios que plantaron más de treinta especies arbóreas.

"Hemos juntado hasta cuatro generaciones en la fiesta", explicó Álvaro Casanova de Global Nature. "Pedimos más colaboración a los responsables comarcales porque la fiesta tiene que ser un valor para toda la Sierra de Gata", manifestó. Por su parte, el responsable de Arba Extremadura, Álvaro Tejerina, reivindicó un impulso para esta cita que "debería ser mundialmente conocida por su significado y antigüedad".

Un año más los asistentes plantaron árboles y en esta ocasión han sido cinco naranjos. Los niños fueron los protagonistas del acto simbólico de plantación. Los participantes en la fiesta ecológica animaron a los vecinos a seguir trabajando para obtener el reconocimiento de Fiesta de Interés Turístico Regional. Por ello, los responsables de ARBA Extremadura y la Fundación Global Nature lanzaron este mensaje a las distintas administraciones.

La 203 Fiesta del Árbol comenzó al mediodía en una explanada detrás de la residencia de mayores donde se plantaron cinco naranjos. Allí participaron unas 200 personas entre niños, vecinos de Villanueva y autoridades como la vicepresidenta de la Diputación de Cáceres, Silvia González, que ayudó a plantar un árbol al alcalde de Villanueva, Francisco Javier Simón y a la teniente alcalde, Antonia Aparicio. 

El responsable de ARBA Extremadura, Álvaro Tejerina, que ayudó a los niños a plantar árboles les aconsejó que una vez realizada esta acción tendrán que "escribir un libro o tener un hijo o una hija". Una vez que se plantaron los árboles los vecinos se dirigieron en pasacalles acompañados por la charanga hasta la plaza de España y antes visitaron la Magnolia de los Durán en el patio interior de esta familia. Muchos vecinos, a pesar de ser de Villanueva de toda la vida, nunca habían visto este ejemplar y mostraron su asombro.

En los actos participaron alcaldes de la comarca: de Hernán Pérez, Descargamaría, Torrecilla de los Ángeles, Villasbuenas de Gata, San Martín de Trevejo, entre otros. El alcalde, Francisco Javier Simón agradeció la colaboración a ARBA, Fundación Global Nature y a la Asociación Posinó. Animó a todos a seguir trabajando para que esta fiesta "sea como se merece y el reconocimiento que debe tener".

La vicepresidenta de la Diputación de Cáceres, Silvia González reconoció el significado de esta fiesta y la conciencia ecológica de los vecinos por lo que les felicitó. Habló del cambio climático y del deterioro del planeta por lo que afirmó que cada vez es más necesario que nunca esta reivindicación. Dijo que el árbol constituye "una fuente inagotable de vida y garantía de futuro para el planeta." El árbol se ve amenazado y a esta situación ha llegado el hombre porque no se ha preocupado. Señaló que se hacen más necesarias las acciones para fomentar la conciencia ecológica y el conjunto de la ciudadanía tiene la necesidad de ponerse manos a la obra y Villanueva constituye "un buen ejemplo".

Álvaro Casanova, de la Fundación Global Nature, animó a las instituciones a brindar todo el apoyo posible para que esta fiesta sea "conocida en toda España y en el mundo". Dijo que las ONGs habían aportado este año su grano de arena con la realización de más actos y durante más días para dar un pequeño impulso para que la fiesta "sea reconocida de interés turístico regional". Agradeció la colaboración de niños y vecinos y especialmente de la asociación Posinó e invitó a todos los asistentes a participar el próximo año donde los realmente importantes "deben de ser los jóvenes".

Por último, en el turno de intervenciones tomó la palabra Álvaro Tejerina, de ARBA Extremadura, y fue el encargado de leer el manifiesto oficial en el que definió a la Magnolia y los árboles singulares de Extremadura como "templos vivos y catedrales verdes; son como baluartes de lo vivo, lo auténtico y lo arcaico". Apuntó que son además "colosos vivos que tienen como esencia la transmisión de la vida y constituyen un compendio de sabiduría". Animó a todos los asistentes para que poco a poco la cultura del árbol forme parte de sus vidas y sientan la necesidad de admirar la naturaleza.

Una vecina de Villanueva ataviada con el traje típico dio lectura a una poesía sobre el árbol y posteriormente los asistentes disfrutaron de una comida compartida.