Un botellón ilegal en Cabezarrubia acabó en la madrugada de ayer con un policía local herido y dos jóvenes, de 18 y 19 años, detenidos por una presunta agresión a los agentes. El forcejeo se produjo cuando una dotación de paisano intentaba trasladar a la jefatura a ambos chicos, tras haberse negado a ser identificados en las pistas deportivas de la calle Londres, donde estaban junto a otra media docena de amigos que no participaron en el incidente, según explicó ayer el jefe de la policía local, César García González.

El Servicio Extremeño de Salud informó ayer de que el policía ingresó a las seis de la madrugada del domingo en el hospital Virgen de la Montaña con una contusión en la rodilla derecha y un esguince leve en el ligamento lateral en la misma articulación. B. J. G., nacido en 1989, y P. P. B., en 1998, pasaron ayer a disposición judicial por resistencia y desobediencia a la autoridad. Fueron puestos en libertad por la mañana después de prestar declaración ante la policía, a la espera de que sean citados por el juez.

Según el relato de los hechos ofrecido por la policía local, los agentes de paisano se desplazaron alrededor de las dos de la madrugada del domingo a las instalaciones deportivas situadas junto al colegio Licenciados Reunidos, tras recibir en la jefatura el aviso de un vecino de que un grupo de jóvenes estaba haciendo botellón . Al intentar disuadirles para que abandonaran el lugar, los agentes comenzaron a recibir insultos. Fue entonces cuando procedieron a pedirles la documentación, a lo que los dos detenidos se negaron.

Según recoge el atestado de la jefatura, cuando ambos iban a ser introducidos en el coche policial se produjo el altercado. Uno de los policías cayó al suelo y resultó lesionado, mientras que al otro agente le rompieron la camisa, siempre según la información facilitada ayer a este diario por García González.

BOTELLA ROTA El jefe de la policía local detalló también cómo uno de los detenidos en el incidente llegó a romper una botella cuando los agentes se dirigieron a él. "Uno de los chavales decía que su padre era abogado y que nos íbamos a enterar", precisó. Una segunda dotación con policías uniformados tuvo que desplazarse al lugar de los hechos para prestar ayuda a sus compañeros. "No es habitual que pasen estas cosas cuando recibimos el aviso de que hay botellón en algún lugar, pero a veces puede ocurrir", afirmó García González, que confirmó que el estado del agente que tuvo que ser atendido en el centro hospitalario no reviste gravedad.