De un disparo certero murió anoche el toro de la Peña El 27 en la zona de La Cava. El astado, de 540 kilogramos de peso y de la ganadería de María del Carmen Valiente, se comportó de forma irregular y se caracterizó por paradas frecuentes de hasta 36 minutos en los espacios más frescos del recinto histórico de la ciudad de Coria.

El escopetero Toñi conseguía dar muerte al toro en la zona de La Cava a las diez de la noche y trece minutos. El astado sintió querencia por este espacio del casco histórico y también se dejo ver en varias ocasiones en la plaza de la Catedral donde, junto al Palacio Episcopal, protagonizó una embestida rápida de la que cientos de personas que se agolpaban en la zona tuvieron que resguardarse. "No hay sitio para tantas personas", afirmó un aficionado ante los problemas que se registraron dado el gentío que se concentró en este punto del recinto para vivir una nueva tarde taurina en la ciudad de Coria.

 El toro salió de la plaza de España dos minutos después de las ocho de la tarde y lo hizo por las Cuatro Calles, tras recibir un recorte de un joven aficionado. El animal, a pesar de su comportamiento irregular y de sus frecuentes paradas, impuso respecto entre los aficionados y dejó algunos momentos de peligro tras embestir de forma rápida e inesperada en varias ocasiones. El abanderado de la Peña El 27, Benjamín Rubio, lamentó que la afición situada en la Plaza de San Pedro no pudiera disfrutar de la estampa del animal y aseguró que el toro ha dejado emoción, peligro y respeto en la tarde de este peña en las fiestas de San Juan.

 Varias veces se llegó a picar al astado con una pica que descarga sobre el animal 120 vatios de portencia, aunque reaccionó en contadas ocasiones. Incluso, a las puetas de la Peña La Geta se regó al astado con una manguera para intentar animar la jornada festiva en Coria.

El festejo taurino finalizó en la noche de ayer sin incidentes importantes.