Tarde de toros histórica en La Línea con Emilio de Justo y Victorino Martín

Emilio de Justo. (Foto de archivo).
Tarde de toros histórica en La Línea con Emilio de Justo y Victorino Martín

La plaza registró media entrada, y se vivió una tarde que quedará como una de las más señaladas de la temporada en la provincia de Cádiz.

Tarde de toros de las que dejan poso en La Línea, con una corrida muy bien presentada de Victorino Martín y un Emilio de Justo en estado de gracia, que salió a hombros tras cortar cinco orejas. El extremeño mostró su mejor versión frente a un encierro que ofreció emoción, exigencia y, en varios casos, gran clase. Su entrega, temple y rotundidad con la espada le permitieron firmar una actuación sólida y completa.

Abrió plaza con Boliviano, un toro con muchas opciones por el pitón izquierdo, con el que, tras lidiar el incómodo viento, firmó una faena ligada, templada y bien rematada con una gran estocada, que le valió las dos primeras orejas. 

Su segundo, Cobrador, fue el más complicado de su lote: reservón, sin entrega, pero De Justo se fajó con oficio y logró imponerse a base de mando, firmeza y un gran final con la espada que le puso una oreja más en el esportón. 

Cerró su actuación con Vencido, un toro serio y con transmisión por el derecho, con el que toreó con profundidad, destacando en naturales largos y muy templados. Volvió a matar bien y fue premiado con otras dos orejas, cerrando una tarde para el recuerdo.

La corrida de Victorino Martín mantuvo el interés de principio a fin. Muy bien presentada, sin excesos pero seria, sacó matices y movilidad. El momento álgido de la tarde llegó con el cuarto toro, Bohonero, lidiado por David Galván. El gaditano cuajó una faena de enorme inspiración, toreando al natural con una lentitud y belleza que emocionaron. 

A pesar de pinchar antes de la estocada definitiva, logró dos orejas y rabo, mientras el toro fue premiado con la vuelta al ruedo. Galván completó su tarde con otra oreja en el segundo de su lote, tras superar una aparatosa voltereta sin consecuencias graves, y otra más en el que cerró plaza, Plantillero, un toro difícil al que le arrancó muletazos de mérito y entrega.

Ambos matadores salieron a hombros junto al mayoral de la ganadería. La plaza registró media entrada, y se vivió una tarde que quedará como una de las más señaladas de la temporada en la provincia de Cádiz. Victorino y Emilio de Justo, una vez más, firmaron una combinación de verdad, emoción y toreo.

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