Combatir el tabaquismo, clave para reducir la mortalidad cardiovascular y oncológica

En la foto de archivo, una persona rompiendo varios cigarrillos
Combatir el tabaquismo, clave para reducir la mortalidad cardiovascular y oncológica

El tabaquismo no solo implica el tabaco de combustión, sino también otros productos alternativos como los cigarrillos electrónicos o vapeadores, no exentos de riesgo.

Los médicos internistas se manifiestan en contra del tabaquismo, en todas sus formas, advierten que es un factor potenciador de riesgo cardiovascular, inductor y causante de gran cantidad de patologías crónicas y tumorales.

En España el 22% de la población española mayor fuma a diario y al menos el 40% no quiere o no puede dejarlo. Es preciso ofrecerle siempre consejo de deshabituación, porque es coste-efectivo y combatirlo desde todos los ángulos, incluyendo todo tipo de estrategias, también contra las nuevas formas de fumar, como los cigarrillos electrónicos o vapeadores, porque dejar de fumar tiene un beneficio importante y rápido para la salud humana: una reducción significativa del riesgo cardiovascular que, tras varios años de abstinencia, puede igualarse a la de los no fumadores.

El problema es complejo, requiere un enfoque preventivo y multidisciplinar. Hoy el tabaquismo no solo implica el tabaco de combustión, sino también otros productos alternativos como los cigarrillos electrónicos o vapeadores, no exentos de riesgo.

"Hay que vigilar y legislar para que los vapeadores no sean la puerta de entrada al tabaquismo en los jóvenes, ya que ahora lo son", confirmó Luis Castilla, coordinador del Grupo de Trabajo de Riesgo Vascular de SEMI, internista del Hospital Virgen Macarena de Sevilla, y presidente de la Sociedad Andaluza de Hipertensión y Riesgo Vascular.

Actualmente, en España hay más fumadores hombres que mujeres, pero a partir de los 15-25 años las mujeres fuman igual o más que los hombres. “Para aquellos que no consiguen dejar de fumar, quizás una estrategia basada en la gestión del daño por tabaquismo y apoyada en productos con ausencia de combustión con el cambio total a productos sin humo, podría ser una alternativa menos peligrosa para la salud que seguir fumando”, explicó José Abellán Alemán, especialista en Hipertensión y catedrático de Riesgo Cardiovascular de la Universidad Católica de Murcia.

Esto “ha ocurrido en Suecia, el primer país europeo libre de humo con un 4,8% de fumadores de combustión y con una reducción del cáncer de pulmón en las últimas décadas del 43%”, añadió Castilla.

El Documento de Consenso de Tabaquismo y Riesgo Vascular aporta dos conclusiones: el tabaquismo es un factor potenciador del riesgo cardiovascular, al ser un agente patógeno para el desarrollo de arteriosclerosis, sustrato básico común de la enfermedad cardiovascular y la principal causa de muerte prevenible en el mundo.

Durante la combustión del tabaco se liberan más de 4.000 sustancias tóxicas, que inducen estrés oxidativo, disfunción endotelial, alteraciones en el perfil lipídico e inflamación crónica de bajo grado, que conducen a la aterosclerosis y enfermedad cardiovascular. La nicotina, el monóxido de carbono y el cadmio alteran los mecanismos de regulación de la presión arterial y contribuyen al desarrollo y mantenimiento de la HTA, especialmente, en sus formas más graves, como la HTA vasculorrenal, además de disminuir los efectos de betabloqueantes para controlarla.

Asimismo, el tabaquismo conlleva riesgo de enfermedades pulmonares crónicas como la EPOC y cánceres de pulmón, genitales femeninos, laringe, orofaringe, vejiga, boca, esófago, estómago, hígado y vías biliares. En las mujeres fumadoras de más de 35 años, deben evitarse los anticonceptivos orales combinados, por el riesgo de tromboembolismo.

En la deshabituación tabáquica es importante la colaboración multidisciplinar de médicos, enfermeros, psicólogos, entre otros profesionales. Disponemos de tratamientos farmacológicos eficaces para la deshabituación tabáquica. Se aconsejan los combinados cuando la dependencia del fumador es elevada o la estrategia basada en la gestión del daño por tabaquismo, si no se consigue dejar el tabaco.

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