María Guardiola será la presidenta de la Junta de Extremadura durante los próximos cuatro años con un gobierno del Partido Popular (PP) y Vox entrará en el ejecutivo autonómico con un consejero que dirigirá la cartera de Gestión Forestal y Mundo Rural.

La presidenta del PP regional y el líder de Vox, Ángel Pelayo, han sellado el acuerdo este viernes con un apretón de manos que abre las puertas a una sesión plenaria en la que Guardiola será investida presidenta con el voto de los 28 diputados populares y los 5 de la formación que preside Santiago Abascal. El PSOE (28 escaños) y Unidas por Extremadura (4) se quedarán en la oposición, aunque la izquierda se ha hecho con el control la Asamblea de Extremadura.

De este modo, los dos partidos de la derecha dejan al hasta ahora presidente extremeño, el socialista Guillermo Fernández Vara, fuera de la vida política regional, y queda por ver si, tal y como dijo, solicitará la incorporación a su plaza como médico forense o, por el contrario, continuará su trayectoria política en Madrid como el senador autonómico designado por la Asamblea de Extremadura. Lo que se da por sentado es que no ocupará su escaño en la oposición durante mucho tiempo.

Desde el 28 de mayo en que el PP vio las posibilidades de gobernar Extremadura, hasta ahora, se ha producido una tormenta política que, en plena precampaña electoral por los comicios del 23 de julio, ha cobrado una dimensión que los populares no esperaban. La noche electoral, María Guardiola salió victoriosa rodeada de su equipo de colaboradores más cercano pese a no haber encabezado la lista más votada, pero jamás pensó que las exigencias de Vox iban a ser tan duras y que iban a obligarla a cambiar de opinión.

Este viernes, la líder del PP, que hace unas semanas dijo que su palabra era lo primero y que Vox no entraría en el gobierno, ha tenido que retroceder para abrir un hueco a la formación que irremediablemente la tiene que apoyar si quiere gobernar en esta comunidad autónoma. Vox ostentará la Consejería de Agricultura, aunque se denominará de Gestión Forestal y Mundo Rural.

La firma del acuerdo entre las dos formaciones políticas ha tenido lugar en la Asamblea de Extremadura, el hemiciclo que ha quedado bajo el control del bloque de la izquierda y con la socialista Blanca Martín como presidenta. Guardiola ha dicho que la palabra de los extremeños está por encima de la suya propia y ha lamentado la oleada de críticas que ha recibido por haber cambiado de opinión para lograr un gobierno estable en una comunidad autónoma que se ha convertido con el paso de los años en el principal feudo socialista.

Además de la Consejería de Gestión Forestal y Mundo Rural, Vox tendrá el senador autonómico designado por la Asamblea de Extremadura y que le correspondería al PP, y además se procederá a reformar la Mesa de la Asamblea para que entre el partido que preside Santiago Abascal.

En el tortuoso camino desde el 28 de mayo, Vox también ha cedido con respecto a sus pretensiones iniciales, pues llegó a reclamar la Consejería de Cultura e, incluso, la vicepresidencia de la Junta de Extremadura. Ambas formaciones han trabajado para buscar puntos de unión y aparcar diferencias, apartando aquellos aspectos que más les separaban.

El nuevo gobierno de Extremadura trabajará con un programa de 861 medidas desarrolladas por el PP regional, pero también con las 60 de Vox y bajo la supervisión de un órgano que mantendrá reuniones periódicas para vigilar el cumplimiento de los acuerdos firmados. Guardiola ha dicho tras la firma del pacto que se trata de «un acuerdo sensato de moderación y respeto a los extremeños» y ha justificado su cambio de postura en «un proceso de reflexión personal» que ha protagonizado en las últimas semanas.

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