Apag Extremadura Asaja se ha congratulado de la decisión hecha pública por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de emitir un informe "desfavorable" a la Declaración de Impacto Ambiental para la construcción de la refinería Balboa en la zona de Tierra de Barros. "Es el triunfo de la lógica", ha declarado Manuel Laparra, presidente de esta organización profesional agraria.

Los técnicos del MAGRAMA han advertido sobre los riesgos medioambientales relacionados con "los vertidos líquidos y la generación de residuos peligrosos de las instalaciones proyectadas" y consideran que el proyecto, ubicado a más de 180 kilómetros de la costa, "incumple los objetivos de eficiencia energética" recogidos en la normativa europea.

Para Manuel Laparra, este dictamen técnico "viene a darnos la razón, tanto a nosotros como a la Asociación de Empresarios del Vino de Extremadura, numerosas cooperativas de Villafranca, Los Santos de Maimona o Almendralejo, entre otros colectivos, que venimos desde hace ochos años mostrándonos en contra de un proyecto que iba a ser muy perjudicial para la industria agroalimentaria por sus efectos medioambientales, lo que iba a provocar poner en serio riesgo el trabajo de miles de trabajadores del campo de la zona". 

Laparra recuerda que Apag Extremadura Asaja ha intervenido activamente en manifestaciones, concentraciones, comunicados y ruedas de prensa, etc., junto a otros colectivos sociales, en especial la plataforma ‘Refinería NO, en la lucha porque este proyecto no fuera viable, como ocurrió en el caso de la organización, incluso, de una ‘tractorada' que terminó en Mérida y que tuvo una participación masiva de los agricultores afectados.

Hay que recordar que según los datos oficiales son 20.000 familias las que viven directamente de la producción de viñedos de la zona de Tierra de Barros, cuya repercusión también como imagen hacia el exterior  iba a ser muy dañina si se construía una refinería al lado de la producción vitivinícola, que acoge además a la Denominación de Origen Ribera del Guadiana, que fue tan difícil de conseguir, y que hubiera sido puesta en riesgo.

Apag Extremadura Asaja también quiere dejar claro que no está en contra de ningún proyecto empresarial para nuestra región, pero no entiende como se empecinó el industrial Alfonso Gallardo en realizar el proyecto en esta zona en concreto y no en otras de nuestra propia comunidad autónoma donde no se hubiera incidido tan gravemente sobre el sector agroalimentario del lugar, básico para el desarrollo de numerosas poblaciones del entorno.

Laparra recuerda, por último, que esta organización profesional agraria ya había advertido que iba a expresar todo su respeto a la decisión de los técnicos de la Administración, fuera cual fuese el dictamen de su estudio, por encima de los deseos de la propia organización.