La Consejería de Sanidad y Servicios Sociales de la Junta de Extremadura pasará lista para la campaña de vacunación contra la gripe y el personal sanitario se encargará de llamar a toda la población que se encuentra dentro de un grupo de riesgo con el fin de luchar con mayor eficacia contra la pandemia de la Covid-19.

El Gobierno regional pretende que en la campaña de la gripe de este año se vacune el 75% de los mayores de 65 años, el 75% del personal sanitario y sociosanitario y el 60% de las personas que se encuentran dentro de algún grupo de riesgo. De conseguirse estos objetivos, la Junta de Extremadura habrá logrado una inmunidad de rebaño que, en opinión del consejero de Sanidad, José María Vergeles, tendrá beneficios individuales pero también colectivos.

El consejero ha reconocido que no se puede establecer la obligatoriedad de la vacuna para los grupos de riesgo porque ello supondría cambiar la normativa nacional, pero ha admitido que este año la vacunación no se producirá a demanda del paciente, sino que el personal sanitario se encargará de contactar una por una con todas las personas susceptibles de vacunarse.

«Tenemos que procurar el mejor ambiente para evitar el coronavirus», ha dicho el consejero, quien ha pedido a los usuarios que esperen a que les llamen para vacunarse. En este sentido ha dejado claro que el Servicio Extremeño de Salud (SES) dispone de los datos clínicos y personales de cada ciudadano y se pondrá en contacto con ellos. La Junta de Extremadura utilizará la base de datos del Sistema Integrado de Información Sanitaria (Proyecto Jara) que aglutina los datos administrativos y clínicos del SES para conocer la situación de cada paciente y contactar con él en caso de que sea aconsejable su vacunación.

Prueba del control que está ejerciendo la Consejería de Sanidad es el estudio que ha realizado de la base de datos del SES, lo que le ha permitido detectar que hay 13.651 personas con cartilla de desplazadas, y ha pedido que aquellos usuarios procedentes de otras comunidades autónomas que vayan a residir durante un tiempo en la región y formen parte de un grupo de riesgo, soliciten la tarjeta de desplazado.

Los datos dados a conocer este miércoles por Vergeles dejan claro que no hay vacunas para todos. La inversión es mayor que en años anteriores -2,1 millones de euros, es decir, un 28,7% más- y hay un 45% más de dosis que en la campaña de 2019, pero la Junta de Extremadura sólo dispondrá de 390.000 dosis de vacunas sumando las adquiridas en el acuerdo marco de las comunidades autónomas y la reserva estratégica que tiene el Ministerio de Sanidad. La Consejería de Sanidad confía en vacunar a unos 180.000 mayores de 65 años (lo que supondría el 75% de la población de este grupo de edad) y a unas 50.000 personas menores de esa edad.

Por eso se ha establecido carácter prioritario para las personas con una edad superior a los 60 años y, de forma especial, para aquellas que están en residencias y pisos tutelados. También se dará prioridad a los menores de 60 años siempre que tengan más de seis meses de edad y presenten factores de riesgo cardiológicos, respiratorios, neurológicos, renales, enfermedades de la sangre, cáncer, celíacos, afecciones inflamatorias intestinales y aquellos con patologías que provoquen una bajada de sus defensas.

Esta campaña también tendrán prioridad a la hora de vacunarse los menores institucionalizados y los que toman aspirina de forma crónica o en sus marcas de fantasía, como el Adiro. Esta campaña hay dos novedades en cuanto a la población de riesgo a vacunar: los menores prematuros por debajo de las 32 semanas de gestación y las mujeres en la etapa de puerpuerio hasta la recuperación completa del aparato reproductor después del parto. Por último se ha decidido que también tengan preferencia las personas que por motivos familiares o laborales supongan grupo de riesgo para los colectivos más vulnerables, es decir, personal sanitario, sociosanitarios que trabajan en residencias de mayores y pisos tutelados y convivientes que viven con ellos o que están en la cadena de transmisión de la enfermedad.

Las áreas de salud disponen ya de 170.000 dosis en sus diferentes variedades, es decir, más de las que se utilizaron en toda la campaña pasada. No obstante, Vergeles ha advertido de la necesidad de esperar a que los usuarios sean llamados para que no se produzcan colas en los centros de salud y evitar la rotura de stock en la distribución de la vacuna. Dado que la movilidad es un factor de riesgo importante, las autoridades sanitarias llevarán la vacuna a las residencias y pisos tutelados, a los centros de diálisis y a aquellos lugares a los que se desplacen o vivan las personas en grupo de riesgo.

UNA CAMPAÑA DIFERENTE

La campaña contra la gripe de 2020 será «diferente y singular» debido a la pandemia de la Covid, por lo que el objetivo de las autoridades sanitarias es lograr una mayor cobertura que otros años.

La Junta de Extremadura dispone de un mayor número de dosis que en años anteriores e incorpora una vacuna nueva con más tipos de virus que genera con mayor eficacia las defensa, es decir, una vacuna tetravalente contra la influenza que ha sido diseñada para brindar protección contra cuatro tipos diferentes de virus de la influenza: dos virus de influenza A y dos virus de influenza B.

Esta vacuna está destinada a una población «muy mayor» en régimen de institucionalización que vive en residencias o pisos tutelados a los que su sistema inmunitario les cuesta más generar las defensas.

En esta campaña se adelanta la fecha de inicio al 13 de octubre, cuando habitualmente se comenzaba a vacunar durante la tercera o cuarta semana de este mes. De este modo se pretende proteger el sistema sanitario de una sobrecarga asistencial y, sobre todo, proteger a la población más vulnerable contra la gripe para que no hayan elementos de confusión con la infección por coronavirus.

Desde que se administra y hasta que genera las defensas deseadas, la vacuna necesita entre 10 y 15 días. Por eso ha sido necesario adelantar la campaña de vacunación, que pretende alcanzar el máximo período de cobertura posible. Hay que tener en cuenta que la mayor inmunidad se alcanza entre los dos y tres meses, que es cuando se pueden producir las dos oleadas epidémicas de la gripe. La eficacia de la vacuna es de seis meses, con lo que se cubriría todo el período climatológico más adverso, que son los meses más fríos.

Vergeles ha tratado de desterrar los tópicos existentes, ha diferenciado entre un catarro y una gripe y ha aclarado que el hecho de vacunarse no supone meter la enfermedad en el cuerpo. También ha dicho que vacunarse contra la gripe no resta defensas para hacer frente al coronavirus, porque el sistema inmunitario está preparado para luchar contra varios virus a la vez.