La aprobación este martes, en el Parlamento Europeo, de la Ley de Restauración de la Naturaleza, ha provocado la indignación de los agricultores en plena oleada de protestas por la situación de crisis por la que atraviesa el campo.

La polémica norma ha sido aprobada con 329 votos a favor, 275 en contra y 24 abstenciones en medio de fuertes aplausos de los europarlamentarios socialistas y los verdes y con la decepción de los conservadores, que habían presionado hasta el límite con la esperanza de que fuese rechazada.

La Ley pretende rehabilitar al menos el 20% de las zonas terrestres y marinas de la Unión Europea para 2030 y todos los ecosistemas degradados para 2050 y fija a los hombres del campo una serie de obligaciones en las tierras de cultivo, los ríos, los bosques, los polinizadores y las zonas urbanas. Uno de los argumentos utilizados para su aprobación es que la norma va a contribuir a revertir gradualmente los daños ambientales que, según los progresistas, provoca el cambio climático.

Apag-Extremadura Asaja no ha ocultado su indignación por considerar que esta Ley establece más restricciones aún para los agricultores y ganaderos a pesar del clamor que existe en toda Europa con fuertes movilizaciones que reclaman la flexibilización de las medidas de apoyo al sector y la reducción de la burocracia. Su presidente, Juan Metidieri, está convencido de que con este nuevo trámite, Europa vuelve a dar la espalda a los agricultores y ganaderos en favor de los grandes lobbies que dominan el Parlamento Europeo.

La organización agraria La Unión de Extremadura también ha expresado su decepción por la aprobación de la Ley de Restauración de la Naturaleza, impulsada por el socialista español César Luena. Esta organización se ha encargado de difundir un documento en el que detalla el nombre de los partidos políticos que han votado a favor y en contra para que los agicultores lo tengan en cuenta.

Asaja se ha mostrado partidaria de preservar y proteger el entorno natural y de comprometerse con la restauración de la naturaleza en armonía con la actividad agrícola y ganadera, pero ha expresado «discrepancias significativas» por las implicaciones que tiene para el campo.

Desde hace más de un año, el Partido Popular Europeo viene alertando que el proyecto de ley pondría en peligro el sustento de los agricultores europeos, interrumpiría las cadenas de suministro establecidas desde hace tiempo, disminuiría la producción de alimentos, elevaría los precios para los consumidores y acabaría con las zonas urbanas para dar paso a espacios verdes.

Por el contrario, los grupos europeos de izquierda, apoyados por la propia Comisión Europea, científicos del clima y numerosas ONG, se mostraron partidarios de restaurar la naturaleza permitiendo su compatibilidad con la actividad económica. A partir de aquí se montó un grupo de presión que apoya las ideas del grupo de izquierdas del que forman parte grandes compañías del sector de las energías renovables y empresas como IKEA, H&M, Iberdrola, Unilever, Nestlé y Danone. Todos ellos consideran que restaurar la naturaleza es compatible con la actividad económica y algo esencial para garantizar la viabilidad a largo plazo de los suelos europeos.

«Hemos aprobado la primera Ley de Restauración de la Naturaleza de la historia. Pasamos de proteger y conservar la naturaleza a repararla», dijo en la red social X tras la votación el impulsor de la Ley de Restauración de la Naturaleza, el español César Luena (PSOE).

Sus palabras han soliviantado aún más a los agricultores y salvo la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), vinculada al PSOE, que hasta ahora no se ha pronunciado sobre esta aprobación, el resto del sector ha expresado su indignación por esta «traición llegada desde Bruselas», en palabras de Metidieri.

Según Asaja, con la aprobación de esta nueva norma, que ha contado con el voto a favor de varios europarlamentarios extremeños, los agricultores tendrán más restricciones, limitaciones y prohibiciones, así como una pérdida de la competitividad respecto a las importaciones de productos procedentes de países terceros.

“No podemos entender que esto pueda ser votado por europarlamentarios españoles y extremeños, traicionando claramente nuestro campo», ha dicho el presidente de Apag Asaja Extremadura, que ya ha reclamado la dimisión de los europarlamentarios que han votado a favor por considerar que han mostrado un aactitud desleal sobre los agricultores y ganaderos a los que representan.