La villa pacense de Alburquerque celebra del 12 al 15 de agosto una nueva edición de su Festival Medieval. Desde el jueves por la tarde, cuando se produce la apertura de casas, mesones y mercados, la ciudad se echa la calle para concentrarse en la Plaza de España y asistir al pregón anunciador que indica el comienzo de la fiesta.

A partir de ese momento, cuentacuentos, bailes, teatrillos y otras actividades se suceden en cada rincón hasta la llegada, en la noche de viernes, de don Pedro y su comitiva portuguesa. Al día siguiente se produce el enlace matrimonial, dando paso al júbilo y alegría de los actos del sábado donde su momento más espectacular en el palenque de las laderas del castillo, el torneo de exhibición en las artes de armas y a caballo, reune cada año a un mayor número de espectadores. Para terminar, ya pasada la madrugada, se desarrolla el akelarre de brujas invocando al macho cabrío.

"Hay que decir -indica la organización del Festival-, que desde hace dos años se introdujo un hilo conductor de los actos que conforman la fiesta, de modo que es la celebración de la boda secreta entre Pedro I de Portugal e Inés de Castro el motivo en torno al cual gira la programación del evento". Por este motivo, las calles se engalanan para dar la bienvenida al monarca y a la corte portuguesa llegada desde Coimbra para participar en la ceremonia. Durante estos días el protagonista principal es el Barrio Medieval, con las calles y casas decoradas, boticas, sinagogas, mesones y múltiples actuaciones que hacen que el visitante se sienta partícipe de todos los acontecimientos que se producen en diferentes localizaciones del municipio.
Explican los organizadores que "este año se ha introducido una novedad, ya que aprovechando la festividad del domingo, 15 de agosto, se alarga la fiesta un día más para disfrutar del festival gastronómico con degustación de tapas medievales, un concierto de música y la cena organizada en torno a los recién casados y donde se degustarán productos típicos de la época, tanto de cocina portuguesa como castellana".

Otra de las novedades introducidas este año es el cambio de ubicación del mercado medieval, situándose en la calle que da acceso a la iglesia de Santa María del Mercado previamente aconcidionada por el trabajo realizado por los alumnos de la Escuela Taller Adelardo Covarsí.

El Festival de Alburquerque, que este año alcanza su decimoséptima edición, arrancó en 1994 con el objetivo de aprovechar la impresionante riqueza patrimonial e histórica de la villa y, con ello, recuperar la vida y costumbres de una época en que convivieron diversas culturas en los intramuros del Castillo de Luna. Desde entonces, unas 60 personas se encargan de estructurar el programa de actividades bajo la organización de una comisión compuesta por cuatro coordinadoras, artística, técnica, general y de infraestructura y producción.
La organización recuerda que desde el mes de junio, cuando comienzan los trabajos de preparación, algo más de 900 vecinos se involucran en los preparativos, ensayos y actividades necesarias para el buen desarrollo de la fiesta. "Es destacable -destaca- la importante implicación y participación de los vecinos de la localidad, que de forma desinteresada año tras años están dispuestos a colaborar contribuyendo al desarrollo y mejora del Festival".

Una curiosidad de esta edición es la presencia, un año más, del maravedí, la moneda oficial del Festival de Alburquerque.
Respecto a la financiación, el presupuesto del certamen es soportado en más de un 70% por el Ayuntamiento de la localidad. El resto lo aportan la Junta de Extremadura a través de las direcciones de Promoción Cultural y Turismo, el Área de Cultura de la Diputación de Badajoz y varias firmas comerciales de la villa.