La Guardia Civil instruye diligencias como investigado a un vecino de la localidad pacense de Calamonte como presunto autor de un delito contra la flora y fauna.

A mediados del mes de febrero el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil de Herrera del Duque, en dispositivo de servicios establecidos para prevenir la caza furtiva dentro del término municipal de Talarrubias, se adentraron en un terreno acotado donde se acababa de celebrar una batida de jabalí.

Fue en el camino de acceso a la finca donde interceptaron el vehículo que trasladaba las piezas abatidas. En la inspección los agentes constataron que transportaba además de jabalíes, siete muflones decapitados.

Los agentes también pudieron interceptar un vehículo con remolque cuando salía de la mancha cazada, transportando el cuerpo sin vida de un ciervo abatido por arma de fuego, observando en el animal el marcaje con la identificación del autor de los disparos que lo efectuó.

Además, en la inspección ocular realizada en la finca, pudieron localizar próximo a uno de los puestos de caza, el cadáver de una cierva, también alcanzada por disparos de algún cazador de la acción cinegética.

Practicadas las gestiones por el Equipo del SEPRONA con la Sección de Caza de la Junta de Extremadura, se pudo averiguar que la batida celebrada en este acotado talarrubiense, únicamente estaban autorizadas la caza de piezas de jabalí.

Con las pruebas incriminatorias, al organizador responsable de la cacería se le instruyeron diligencias como investigado por su implicación en un delito relativo a la protección de la flora y la fauna tipificado en el artículo 335.1 del vigente Código Penal, al abatir animales cuando las normas específicas sobre caza lo prohíben.

Diligencias que han sido entregadas en el Juzgado de Instrucción de Herrera del Duque.

En la foto de la noticia, cierva abatida.