El Año Jubilar Eulaliense, concedido por la Santa Sede a la Basílica de Santa Eulalia de Mérida y que se prolongará hasta el 10 de diciembre de 2024, festividad de la Mártir, se abre hoy en la basílica emeritense. El jubileo, según la Real Academia, es entre los cristianos la indulgencia plenaria, solemne y universal, concedida por el papa en ciertos tiempos y ocasiones.

A finales de mayo de 2021, la Penitenciaría Apostólica de la Santa Sede comunicó al Arzobispado de Mérida-Badajoz la concesión de dicho Año Santo, que tendrá continuidad cada año que el día la festividad de Santa Eulalia caiga en domingo, según hizo público la archidiócesis en nota informativa.

Un jubileo, también llamado año jubilar o santo, es una celebración que tiene lugar en distintas iglesias cristianas históricas y que conmemora un año sabático. El jubileo tiene dos raíces, una hebraica y otra latina. La palabra hebrea que aparece en la Biblia es yobel, que hace referencia al cuerno del cordero, utilizado como instrumento sonoro que servía para anunciar un año excepcional dedicado a Dios. Es el año denominado yobel; es decir, jubileo, al iniciarse con el sonido del yobel o cuerno. La palabra latina, iubilum, del verbo iubilare, se refiere a los gritos de alegría de los pastores, que derivó posteriormente por significar gozo, alegría o alabanza. Cuando san Jerónimo de Estridón tradujo la Biblia del hebreo al latín entre los años 391 y 406, tradujo el término hebreo yobel por el término latino iubileus, que incorpora el matiz de la alegría al significado original de la palabra en hebreo.

En la Iglesia Católica, el Año Jubilar o Año Santo es un tiempo en que se conceden gracias espirituales singulares, o indulgencias, a los fieles que cumplen determinadas condiciones. El primer jubileo del cristianismo fue anunciado por Bonifacio VIII en el año 1300, como Año Santo del Perdón de los Pecados. Los Jubileos extraordinarios son aquellos que no se celebran a intervalos regulares y que se realizan para conmemorar circunstancias especiales, conocido como años santos de la redención.

En aquellos lugares en que los jubileos se han consolidado con fuerza suficiente para poder repetirse periódicamente, la Santa Sede puede conceder la autorización para esa celebración con carácter regular, que se conoce como Jubileo in perpetuum, que la Santa Sede ha concedido a siete lugares: Jerusalén, como lugar de la resurrección de Cristo, centro de peregrinación; Roma, lugar de residencia del papa; Santiago de Compostela, Año Santo Jacobeo, que se celebra desde 1126, cada que vez que la fiesta del Apóstol cae en domingo; Santo Toribio de Liébana, Año Santo Lebaniego, aprobado por Julio II en 1512, al guardarse en su monasterio el trozo más grande de la Cruz de Cristo; el jubileo del Santísimo Cristo de Urda (Toledo), instaurado por Juan Pablo II, desde 1994, cuando el 29 de septiembre cae en domingo; Caravaca de la Cruz, instituido en 1981 como I Año Jubilar por el 750 aniversario de la aparición de la Cruz en la localidad y que, a partir de 2003, se viene celebrando de forma ininterrumpida cada siete años; Valencia: Cáliz de la catedral de Valencia, aprobado en 2014 por el papa Francisco y que se celebra cada cinco años; Ávila, aprobado en 2016 por el papa Francisco en honor de santa Teresa de Jesús; y Lugo, concedido en 2016 por la Santa Sede tras hallarse en el archivo capitular la documentación de la indulgencia plenaria concedida en 1860 por Pío XI.

En Extremadura se han celebrado hasta la fecha los siguientes Años Jubilares: en 2014, el Año Jubilar del Santuario de la Virgen de la Luz, en Arroyo de la Luz (Cáceres), que comenzó el 5 de enero del mismo año. En Collado de la Vera (Cáceres), pueblo al que le fue concedido un Jubileo con indulgencia plenaria el Miércoles Santo de cada año. En Serradilla (Cáceres), Año Jubilar del Santísimo Cristo de la Victoria, que salió en procesión el 16 de abril de 2016, tras 35 años sin salir, por el 375 aniversario de su llegada a la localidad, coincidiendo con el Jubileo extraordinario de la Misericordia.

El 10 de diciembre de 2020, festividad de la Mártir, el alcalde y el arzobispo firmaron la constitución del Consejo Eulaliense, formado por la Iglesia, la Asociación y el ayuntamiento, al objeto de “coordinar las actuaciones que conduzcan a la preservación, divulgación, promoción e investigación de la Mártir y las iniciativas encaminadas a la recuperación y promoción religioso-turística de la Basílica de Santa Eulalia, en particular, y de la ciudad de Mérida, en general, como destino de peregrinaciones”.

El 6 de diciembre del pasado año, el presidente honorífico de la Asociación de la Virgen y Mártir Santa Eulalia y cronista oficial de Mérida, José María Álvarez Martínez, pronunció en la Basílica de la Mártir el pregón inaugural del Año Jubilar, que comienza el día 10, festividad de la santa. El pregonero recordó cómo, en torno a su mausoleo, se desarrolló un culto nunca ininterrumpido, a pesar de las convulsiones que afectaron a la ciudad con motivo de las invasiones bárbaras, e hizo un recorrido por las vicisitudes de la devoción a lo largo de los siglos hasta la celebración del XVII centenario de su dies natalis en 2004, en que un congreso internacional y una exposición sirvieron para reafirmar la devoción a la patrona. El pregonero pidió la señalización del lugar del martyrium, al objeto de conservar la memoria histórica de la Mártir, por medio de una llama que arda perennemente “como lugar oportuno del íntimo encuentro entre el peregrino y la santa”.

El 23 de noviembre del pasado año, el alcalde de la ciudad, Antonio Rodríguez Osuna, fue recibido en la audiencia general de los miércoles en la plaza de San Pedro por el papa Francisco, a quien agradeció la declaración del Año Jubilar y le explicó la importancia de Mérida como cuna del cristianismo hispano. Osuna estuvo acompañado por el arzobispo de Mérida-Badajoz, monseñor Celso Morga, y el presidente de la Asociación de la Virgen y Mártir Santa Eulalia, Luis Miguel González, entre otros representantes de la ciudad.