La restauración del retablo dedicado a San Juan Nepomuceno Mártir en la iglesia de Santiago Apóstol de Llerena ha sacado a la luz pinturas murales de finales del siglo XV, consideradas únicas en su factura y trazo por el Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, encargado de la intervención.

Las pinturas, realizadas con pan de oro, conducen a un importante mecenazgo proveniente del entorno de Alonso de Cárdenas, Gran Maestre de la Orden de Santiago, que habría sufragado la construcción de este templo.

La directora general de Bibliotecas, Archivos y Patrimonio Cultural, Adela Rueda Márquez de la Plata, ha visitado este martes la obra de restauración, acompañada del director del Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, Javier Cano.

El hallazgo supone «una gran oportunidad para conocer nuestra historia, de abrir caminos de investigación, de estudio y nuevas posibilidades de trabajo para promocionar la cultura y el patrimonio», según ha indicado la directora general.

Las obras de restauración están dirigidas a atajar el deterioro que presentaba el retablo, que estaba sufriendo pérdidas de elementos decorativos, ataques de xilófagos y desprendimientos de policromías, así como manchas en la tela y cuarteados y barnices oxidados.

Al desmontar la estructura del retablo se hicieron catas en el muro, siguiendo el criterio ajustado a la certeza de que debajo de la pintura, que tapó todas las escenas en una intervención realizada en las primeras décadas del siglo XX, se encontraban pinturas murales, como así ha sido.

Las pinturas aparecidas se encuentran en el segundo de los tres tramos de la iglesia. Según el director del Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, Javier Cano, no se descarta que aparezcan nuevas pinturas en otras zonas de la nave.

El retablo dedicado a San Juan Nepomuceno se encuentra situado en el lado del Evangelio, en el primer tramo de la nave única de la iglesia de Santiago Apóstol de Llerena, fundada en 1482 por Alonso de Cárdenas. Se compone de una mesa de altar, un gran marco de madera dorada y policromada, repleto de hojarasca y rematado por un águila bicéfala coronada, en el que se enmarca un gran lienzo.

El valor iconográfico de la obra es muy significativo, ya que representa la aparición de la Virgen con el Niño a San Juan Nepomuceno, rodeada de la simbología existente en torno al sacramento de la confesión, un tema recurrente en la contrarreforma católica frente al protestantismo.

Según Javier Cano, las pinturas descubiertas están fechadas entre 1480 y 1520, durante la época de Alonso de Cárdenas y su nieto, con quien finalizó la construcción de la iglesia de Santiago. Están hechas con pan de oro con reminiscencias góticas, aunque es notable el influjo italiano del Renacimiento. Esta influencia está reflejada en las vestimentas y rostros serenos que perfectamente se aprecian en lo que ya ha salido a la luz. Se pueden observar con total nitidez dos rostros y ejemplos de indumentarias de la época con mantos y vestidos decorados con filos de oro representados con pan de oro, igual que los detalles y el escudo de la Virgen de la Merced.

En el margen inferior izquierdo del retablo se lee la firma: «Bern.dus Lorente German Façiebat, anno 1749. Hispali», lo cual permite otorgar la autoría de la obra al pintor Bernardo Lorente German (1680-1759), quien la realizó en 1749 en Sevilla.

La restauración de esta pieza ha supuesto un importe de 17.700 euros y ha sido ejecutada por el Centro de Conservación y Restauración de la Dirección General de Bibliotecas, Archivos y Patrimonio Cultural de la Junta de Extremadura.