Juan Bravo Murillo (Fregenal de la Sierra, Badajoz, 09/06/1803; Madrid, 10/01/1873) fue un auténtico renovador de la política española, líder destacado del Partido Moderado, reformador de la Administración del Estado, promotor de obras públicas, jurisconsulto y escritor, autor de ocho libros y fundador de siete revistas de contenido jurídico y político. Ha sido considerado como uno de los políticos decimonónicos más importantes de España y el que más contribuyó al desarrollo de la economía española.

José Antonio Ramos, cronista oficial de Trujillo y correspondiente de las Reales Academias de la Historia y de Extremadura de las Letras y las Artes, junto al abogado José Luis Pérez Mena, vienen analizando la figura política de los extremeños que destacaron por sus ideas liberales en la vida política española: Muñoz Torrero, Calatrava, Muñoz Chaves y Gómez Becerra. Esta nueva obra sobre Bravo Murillo, recientemente publicada, nos ofrece su biografía y análisis como estadista e impulsor del desarrollo nacional.[1]

Bravo Murillo realizó sus primeros estudios de Filosofía en Fregenal. Más tarde, en el Seminario de Sevilla estudió Filosofía y Teología, carreras que cursó también en la Universidad hispalense. En 1822 finalizó los estudios de Jurisprudencia en la capital andaluza. Ese mismo año concluyó el Bachiller en Filosofía, Sagrada Teología y Leyes y recibió el grado de doctor. Fue durante nueve años profesor de Instituciones Filosóficas en la Universidad de Sevilla, donde obtuvo una cátedra en 1825, y ejerció simultáneamente la abogacía.

En 1834 fue fiscal de la Audiencia Provincial de Cáceres; en 1837, diputado a Cortes por Sevilla (Partido Moderado); en 1840, por Ávila; en 1843 y 1844, por Badajoz. Ministro de Gracia y Justicia en 1847 y en 1857; ministro de Marina en 1849, interino; ministro de Comercio, Instrucción y Obras Públicas, de 1849 a 1851 y entre 1851-1852; ministro de Hacienda, en 1849-1852; presidente del Consejo de Ministros, 14/01/1851-14/12/1852; y presidente del Congreso de los Diputados, 11/01-13/05 de 1858.

Como ministro de Hacienda, sancionó la Ley de Contabilidad, conocida como Ley Bravo Murillo; promovió el decreto de los funcionarios, creó la Dirección de los Contencioso, reforzó el funcionamiento del Tesoro y creó un sistema contable. Fue el artífice de la Ley de Administración y Contabilidad (1850) y el arreglo de la Deuda Pública (1851) o la Ley de Puertos Francos de Canarias. Asimismo, como ministro fue el autor de la ley monetaria y la firma del concordato con la Iglesia, así como el Sistema Métrico Decimal. Promovió la creación de cementerios y centros de salud y fue el artífice del Hospital de la Princesa. Definió las principales líneas férreas que deberían construirse en España: reformó el Banco de San Fernando; la construcción y perfeccionamiento de los puertos españoles; el abastecimiento de agua a Madrid, con la creación del Canal de Isabel II. En 1852, siendo presidente del Consejo de Ministros, presentó una propuesta de reforma constitucional en la que proponía “actualizar” la Constitución; pero, ante la oposición de los progresistas y de los sectores del Partido Moderado, que no se sentían representados, Isabel II le cesó el 13 de diciembre de 1852.

Tras pasar una temporada en París, en septiembre de 1853 fue nombrado miembro del Congreso por la circunscripción de Fregenal. En julio de 1854 decidió de nuevo exiliarse en París. En 1857, cuando llevaba cinco años en la capital francesa, le llama la reina para una consulta. En octubre de 1857, la reina encarga al general Armero la formación de un nuevo gobierno, que cae a los tres meses, siendo elegido por mayoría Bravo Murillo. El Bienio Moderado (1856-1858) asiste a la retirada política del extremeño en 1858, que retoma su profesión de abogado, dedicando la mayor parte de su tiempo a la preparación de sus obras, bajo el título de Opúsculos. Fue elegido senador vitalicio por la reina el 4 de noviembre de 1863; pero la Revolución de 1868 acabó con el Senado y Bravo Murillo abandonó definitivamente la política. Rechazó el Toisón de Oro y los sillones en las Academias de la Historia (1851) y en la de Ciencias Morales y Políticas (1857).

Falleció en Madrid el 10 de enero de 1873 antes de cumplir los 70 años de edad. Su cuerpo fue inhumado en la iglesia de santa Ana de su pueblo natal.

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[1] Vid.: Pérez Mena, José Luis y Ramos Rubio, José Antonio: Juan Bravo Murillo, el estadista extremeño impulsor del desarrollo nacional. Presentación: María Agustina Rodríguez Martínez, alcaldesa de Fregenal  de la Sierra. Prólogo de Rafael Caso Amador, cronista oficial de Fregenal de la Sierra y arqueólogo. TAU Editores, Cáceres, 2023, 278 págs.


El autor es Académico correspondiente de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes