Si nos encontramos con un banco de niebla hay varias reglas que no debemos olvidar: nunca pararse en un arcén, encender las luces antiniebla, reducir mucho la velocidad y circular siguiendo las marcas longitudinales de la calzada.

Estos son los consejos más importantes aportados por la Dirección General de Tráfico (DGT) pero no los únicos, ya que son muchas las consideraciones que tenemos que tener ante la niebla y no atender exclusivamente a cuestiones de visibilidad.

En primer lugar, la distancia de seguridad con otros usuarios de las vías es fundamental. Según inciden desde el organismo, la mayoría de accidentes de tráfico con fallecidos a causa de la niebla se producen por un fallo humano que casi siempre tiene que ver con un frenazo imprevisto e inne­cesario, con parar en el arcén sin la conveniente señalización o con no respetar una mayor distancia de seguridad. Sin duda, esta últi­ma es la norma que antes debe­mos adoptar y adaptarla al mayor o menor espesor de la niebla y a la visibilidad resultante.

Una de las cuestiones fundamentales a conocer es que pararse en el arcén en días de niebla cerrada puede que sea una de las peores ideas por el peligro que entraña. De hecho, detenerse en el arcén no es recomendable ni siquie­ra un día de sol. La reco­mendación de la DGT es que incluso si un pinchazo es la causa de nuestro intento de parada, y si hay niebla cerrada, debería seguir rodan­do despacio hasta una salida o un área de servicio. Si el coche se detiene por una avería y no hay más remedio que parar, que los ocupantes salgan del coche y se sitúen al otro lado del guarda­rraíl y señalice la detención debi­damente y a una distancia mayor de lo normal.

El afán por tener una mejor visibilidad puede que nos lleve a poner las luces largas, sin embargo, será contraproducente, ya que este tipo de luz rebota en el banco de niebla y nos deslumbrará sin conseguir el objetivo deseado. En este sentido, un buen truco para seguir la ruta a pesar de la escasa visión es fijarnos en las marcas longitudinales del suelo y no separarnos de ellas y, de esta forma, llevar el coche bien centrado en el carril derecho.

Por otro lado, una de las recomendaciones más conocidas es la activación del piloto trasero antiniebla. Este se activa cuando de verdad la niebla es espesa y la visión es muy reducida. Dicho piloto no debe utilizarse con lluvia y hay que desconectarlo en cuanto se supera la zona afectada ya que de lo contrario molestará a otros usuarios de la vía.

Por último, debemos considerar que, lógicamente, la velocidad en un episodio de niebla no será la misma que si circu­lamos por una carretera con buena visibilidad y asfalto seco. Lo más recomendable es adaptar esa velo­cidad a cada circunstancia y en este caso una niebla cerrada nos obligará a reducir y mucho la velocidad de nuestro vehículo. La mejor manera de conocer si llevamos la velocidad adecuada es la de sentirnos seguros al volante y con capacidad de reac­ción ante un imprevisto. Esa será la velocidad más adecuada.

De la misma forma, la DGT no solo hace recomendaciones en cómo los conductores deben circular para que sea seguro, también ciertas herramientas que pueden ayudar en la conducción bajo este fenómeno meteorológico.

Especialmente son los vehículos más modernos y de alta gama los que proporcionan este tipo de elementos, como las cámaras y radares que dan lugar a sistemas como el de vigilancia del ángulo muerto, el sistema de reconocimiento de señales, aviso de cambio involuntario de carril o la ayuda al mantenimiento en el carril pueden facilitar la conducción con tan baja visibilidad.

También, un buen navegador que se pueda ver reflejado en el parabrisas mediante un sistema de head-up display para proyectar la información en el parabri­sas, ayuda a no retirar la vista de la carretera y nos va a ir informando constantemente de la trayectoria de la carretera y de si nos vamos a encontrar una curva más cerrada de lo nor­mal más adelante.

Los neumáticos run flat permiten circular bastantes kilómetros hasta un taller cercano o una zona segura aunque hayamos pinchado. Estos evitarán tener que parar en el arcén a cambiar una rueda con el peligro que esto implica, sobre todo en días de niebla.

Para no olvidar cuando encender y apagar los focos, los sensores de lluvia y luces son ideales porque permiten circular más concentrados en la conducción y, a su vez, de forma más segura porque el coche siempre estará visible. Además, aunque reservado para modelos de gama alta, los sistemas de visión nocturna permiten detectar peatones, animales, ciclistas u otros vehículos entre la niebla y, también, señalar en la pantalla el posible peligro avisando para estar prevenidos.