Esto no es una cuestión de izquierdas ni de derechas. Lo del tren de la bruja es un asunto de dignidad. Quinto trayecto, quinta incidencia. Y las que faltan. Cuando no es un retraso por un fallo técnico lo es por un error humano, y cuando no, por una avería. Vamos, que cuando no está preso lo están buscando.

Es tal el cúmulo de despropósitos con este asunto que el hartazgo ha calado en la sociedad extremeña hasta extremos insospechados. Ahora la Junta de Extremadura pide explicaciones y responsabilidades por los retrasos del presunto tren rápido. Y es que aquí, como en las noticias de detenidos, hay que apuntar bien y llamar a las cosas por su nombre; estamos ante un presunto porque no es un convoy rápido, sino un artefacto hecho a base de remiendos. Ahora lamentamos la celeridad del proceso y la consejera de Movilidad dice que la línea no debería haberse puesto en servicio si se conocían los fallos. ¿Quiere esto decir que todos conocíamos el artilugio que nos iban a regalar menos el Gobierno, la Junta de Extremadura y Renfe?

Día 25 de junio, en Radio Interior, textual: «Después de largos años soportando retrasos, averías y accidentes varios de los viejos cacharros que Renfe colocó en nuestras vías, ahora nos obsequian con un tren usado de la serie 730 que, para más inri, en el argot ferroviario es conocido como Frankenstein, y todo porque fue construido a base de remiendos de algunos trenes de la serie 130. No piensen que es nada nuevo. El tren que nos han regalado es un híbrido que fue estrenado hace más de una década para cubrir el servicio Madrid-Galicia y tiene tecnología de tracción tanto diésel como eléctrica».

Día 16 de julio, en Radio Interior, también textual: «A Don Felipe le han dicho que l​a línea de Alta Velocidad Madrid-Extremadura, de 437 kilómetros, forma parte del Corredor Atlántico, pero no le han informado que va a subirse a un tren Frankenstein que en la mayoría de su trayecto va a circular a 89 kilómetros por hora».

El Alvia de Extremadura ha acumulado un nuevo retraso por tercer día consecutivo y no ha podido circular con normalidad durante un tramo de la nueva plataforma por problemas de señalización. El presidente de Renfe, Isaías Táboas, cesó el miércoles al gerente de Producción de Servicios Comerciales de la línea ferroviaria Madrid-Extremadura por considerarle responsable del entuerto. Ahora la pregunta es obligada: si este señor ya está en su casa, ¿a quién le toca ser el nuevo cabeza de turco?