No hace falta explicar la función que tienen los árboles en una ciudad pues cuando llega el verano todos queremos y buscamos su sombra. Y en el conjunto urbano son imprescindibles a fin de amortiguar la isla de calor debido a las construcciones, pavimentos, asfaltos y materiales empleados en fachadas que absorben el calor en lugar de disiparlo. Por tanto, necesitamos muchos árboles, jardines y parques que sirvan para mitigar las altas temperaturas. Todos hemos probado incluso en estas olas de calor como la temperatura disminuye cuando pasamos bajo un árbol.

Navalmoral a pesar de tener un equipo de jardineros que cuidan y mantienen el arbolado existente (han recibido varios premios por su labor), cada vez que se hace una obra de supuesto “mejora vial” o de remodelación de algún espacio verde el desastre es mayúsculo. En esas obras no intervienen los jardineros sino una empresa a la cual se le adjudica una obra con las directrices marcadas por el propio Ayuntamiento (pliego de condiciones). En las últimas obras los desastres se han sucedido y con esto no nos referimos a que determinados ejemplares se eliminen por distintas causas, sino a que con el nuevo proyecto se elimina la principal característica que lo define, la sombra.

Vamos a tratar de explicarlo con tres ejemplos: de El Jardincillo, de la calle República Argentina y ahora de la avenida Magisterio, por no irnos más atrás con las sucesivas remodelaciones de la plaza del Ayuntamiento e incluso del propio Parque Municipal al cual aun pretenden mutilar para poder colocar un “elegante muro”.
Todas esas actuaciones tienen un denominador común: el proyecto nuevo no respeta la huella histórica del espacio a remodelar, y como estamos hablando de arbolado, no respeta la sombra por la cual se le reconoce y se usa. Desde luego los árboles tienen muchas otras funciones por las cuales son imprescindibles en la ciudad.

La remodelación de El jardincillo es el caso conocido por todos. Es cierto que los ejemplares que se eliminaron estaban deteriorados y enfermos sobre todo debido a las podas inadecuadas, pero lo que uno espera es que un proyecto nuevo traiga nuevos ejemplares que poco a poco restituyan la identidad que le dio lugar. Es decir, la sombra tupida y hermosa de un espacio de encuentro único. Es más, con la pandemia, además se autorizó a eliminar algún ejemplar que molestaba a los toldos, como si hoy no se supiera integrar un árbol en una estructura de sombra nueva.

En la remodelación de la calle República Argentina tampoco se supo valorar la sombra aportada por grandes ejemplares que, de haberse dejado integrando el proyecto con la sombra aportada, el lugar tendría 6 plazas de aparcamiento menos, cosa que ya hemos visto que con la pandemia decenas de ellos han desaparecido para dejar sitio a las terrazas.

Con la avenida del Magisterio se pretende reordenar el tráfico y la seguridad peatonal al tener dos colegios públicos en la dicha calle. Se trata de una avenida con arbolado en su mediana que aportaba una gran sombra a toda la calle y por supuesto a los colegios y viviendas. En el diseño presentado, tendría que ser obligatorio restituir con otras especies toda la sombra posible y vemos que la solución adoptada por el proyecto dibuja unos arbolillos en una de las partes de la calle dejando en ridículo toda la actuación que pretenden mejorar.

Si queremos aprender de los errores pasados todavía estamos a tiempo para exigir al Ayuntamiento que debe realizarse una plantación adecuada al nuevo espacio Y que proporcione una sombra similar a la que todos tenemos presente en dicha Avenida. Todo proyecto admite modificaciones, el caso es reconocerlas como mas saludables y coherentes tanto para los vecinos inmediatos como para la ciudad entera.

Hay que escuchar más a la ciudadanía mas allá de los cuatro años electorales, y también a las recomendaciones de todos los expertos que ante la emergencia climática piden sensatez y participación social activa para entre todos poder superar lo que irremediablemente se nos viene encima. Las políticas sociales se demuestran en estos casos como retos a solucionar.

El autor es delegado de Adenex en Navalmoral de la Mata