El partido animalista PACMA acudirá a la Fiscalía por las cruentas prácticas de un rehalero de Badajoz que presuntamente entrena a sus cachorros de perro para cazar azuzándoles contra lechones vivos.

En un comunicado, la formación se hace eco de vídeos publicados por la página de cazadores «Alanos de Monfragüe» en Facebook, donde se aprecia cómo el individuo alienta a un cachorro a perseguir y morder a un lechón.

Para PACMA, esta práctica, «extremadamente violenta y desagradable», suele ser frecuente en el mundo de la cría y el entrenamiento de perros de rehala, que son aquellos a los que se emplea para cazar en grupo, normalmente, a animales calificados como «caza mayor» en monterías, aunque también pueden ser utilizados para la captura de especies de pequeño tamaño.

En la página «Alanos de Monfragüe» existen más documentos audiovisuales sobre esta modalidad de caza, según la formación animalista, en los que se muestra cómo un grupo de perros arranca la piel a cerdos vivos extenuados.

Se trata de un  método que parece estar normalizado por quienes se dedican a la caza para entrenar a los perros desde que son cachorros, añade PACMA, tras especificar que el propio rehalero declara en la publicación que «serán perros extraordinarios».

La Junta de Extremadura propuso en 2021 iniciar el expediente para declarar la rehala y la montería como Bien de Interés Cultural (BIC), algo que, en caso de conseguirse, otorgaría a esta modalidad de caza una categoría de protección especial y blindaje.

Sin embargo,  PACMA solicitó la revocación de dicho expediente por sustentarse en un procedimiento ya caducado y, por tanto, en la tramitación de un procedimiento administrativo nulo.

Esto supondría la anulación de la inclusión de la montería y la rehala como BIC en Extremadura o, en su defecto, su retraso al precisarse el inicio de un nuevo procedimiento desde cero».

PACMA reitera la «nula necesidad» de permitir la caza en España en pleno 2022, ya que «la cinegética descompensa ecosistemas, crea sobrepoblación a través de la eliminación de depredadores y la existencia de granjas cinegéticas, produce sufrimiento a los animales que cazan y a los que son cazados, restringe el acceso de los civiles no practicantes a áreas del campo, contamina y es practicada por un porcentaje residual de los españoles».