La mitad de los extremeños que circula con patinete o bicicleta eléctrica no usa habitualmente el casco.

Coches, motos, nuevas modalidades de sharing, bicicletas eléctricas, patinetes eléctricos, peatones con más protagonismo en las ciudades. La búsqueda de maneras más sostenibles y racionales de desplazarse unida a otros factores socioeconómicos han transformado para siempre la movilidad en España. De hecho, el 72% de los ciudadanos de nuestro país afirman que han cambiado su forma de desplazarse en los últimos años.

Pero lo que en principio podría ser una buena noticia, por la mayor sostenibilidad y eficiencia de la nueva movilidad, también podría convertirse en un grave problema. ¿La razón? El incremento de la accidentalidad urbana que, desde 2011 a 2019 (excluyendo 2020, el año del COVID) alcanzó el 42%, produciendo casi 4.700 muertos (+13,5%). Muy llamativo es el caso de los usuarios vulnerables, que ya suponen el 80% de las víctimas mortales en ciudad (2020) y, muy especialmente, el de los ciclistas y usuarios de VMP, dos colectivos que, durante el pasado año, registraron casi 7.000 víctimas y aportaron el 10% del total de usuarios vulnerables fallecidos en vía urbana.

Estos datos podrían tener una consecuencia preocupante: de no seguirse las recomendaciones y normas de la DGT, la nueva cultura del desplazamiento urbano podría causar 5.500 muertos en las ciudades españolas entre 2021 y 2030, lo que supondría 831 víctimas más que en la década anterior (+18%). Además, de mantenerse la tendencia actual, la accidentalidad urbana podría superar al final de la presente década los 700.000 siniestros (+24%) y el número de lesionados las 850.000 víctimas (+22%).

Estas son algunas de las conclusiones del estudio ‘Nueva Movilidad Urbana y Seguridad Vial. Accidentalidad en la nueva cultura del desplazamiento’, presentado por la Fundación Línea Directa en colaboración con la Fundación Española para la Seguridad Vial (FESVIAL), que analiza la posible influencia de los cambios en la movilidad en las cifras de accidentalidad, mortalidad y lesividad de nuestro país.

“Gracias a su sencillez y sostenibilidad, las nuevas formas de movilidad urbana son ya una realidad en nuestras ciudades. Pero si no tomamos conciencia de los riesgos, las previsiones son preocupantes, sobre todo teniendo en cuenta la evolución de la accidentalidad urbana. Por eso es fundamental que, ahora más que nunca, sigamos las normas y recomendaciones de la DGT con el objetivo de asegurar entre todos una movilidad segura, sostenible e inclusiva en nuestras ciudades”, asegura Mar Garre, directora general de la Fundación Línea Directa.