Las características climatológicas de este invierno, uno de los más secos y cálidos de las últimas décadas, traerán una primavera muy favorable para los alérgicos a las gramíneas, excepto en Extremadura y algunas zonas del centro y Andalucía, donde las concentraciones de polen serán moderadas.

Son las previsiones que ha expuesto este martes la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic) para los ocho millones de españoles que sufren alergia a algún polen, casi el 80 por ciento de ellos a las gramíneas, aunque en algunas zonas puede superar el 90 por ciento.

Una cifra que, según han advertido Antonio Valero, presidente de Seaic, y Ángel Moral, presidente del Comité de Aerobiología de esta sociedad, irá en aumento en las próximas décadas como consecuencia del cambio climático y el calentamiento global, de forma que en 2050 las enfermedades alérgicas podrían afectar a la mitad de la población.

Las lluvias, la temperatura y la humedad inciden directamente en la concentración de pólenes; con el cambio climático, las plantas polinizan antes y durante más tiempo, lo que hace que los pacientes tengan una exposición más prolongada. Además, la contaminación las obliga a cambiar su metabolismo y generar proteínas de estrés que da lugar a pólenes mucho más agresivos.

CADA VEZ MÁS ALÉRGICOS A MÁS PÓLENES

«Cada vez vemos que nuestros pacientes tienen alergias a más pólenes y son muchos los pólenes que pueden dar alergias: empezamos con las arizónicas en invierno, ahora empieza el plátano, en un mes lo harán el olivo y las gramíneas», ha comentado en declaraciones a Efe el doctor Moral.

Gracias a las 62 estaciones aerobiológicas que el Comité de Aerobiología tiene repartidas por todo el territorio, más los datos que proporciona la Agencia Estatal de Metereología (Aemet), la Seaic puede hacer previsiones sobre la primavera que les espera a los millones de alérgicos que hay en nuestro país.

Con ellos, y teniendo en cuenta que este invierno ha sido el segundo más seco -con solo 98 litros recogidos, un 45 % de la media habitual- y el cuarto más cálido de los últimos 60 años -con 7,9 grados de media, 1,5 por encima-, los expertos auguran una primavera «relativamente favorable» para los alérgicos a las gramíneas.

Y lo será en la mayor parte de España, excepto en Extremadura y algunas provincias del centro y de Andalucía, donde será más variable.

CÁCERES Y BADAJOZ, LAS ÚNICAS CON UNA PRIMAVERA INTENSA

De esta forma, por áreas geográficas, los alérgicos a las gramíneas lo pasarán peor en Cáceres y Badajoz, donde se espera una primavera intensa con concentraciones de más de 5.000 granos por metro cúbico.

En el resto del sur peninsular, el mapa es muy variable: será muy leve (con menos de 1.000 granos) en Almería; leve (de 1.000 a 3.000) en Cádiz, Granada, Huelva y Málaga y moderada (de 3.000 a 5.000) en Córdoba, Jaén y Sevilla.

Mientras, en el centro será leve en Aragón, Castilla y León y Castilla-La Mancha, a excepción de Toledo, donde será moderada, como en Madrid.

En el litoral mediterráneo, se espera una concentración leve en Baleares, Cataluña, Comunidad Valenciana y Murcia, con 1.000 granos en Barcelona, Murcia, Palma y Tarragona, de 2.000 en Alicante, Castellón y Valencia y 3.000 en Lérida.

La primavera será leve en toda la cornisa cantábrica, más en Coruña y Logroño, con concentraciones de 1.000 gramos por metro cúbico, seguidas de Lugo, Pontevedra, Orense, Santander, Bilbao, San Sebastián y Pamplona (2.000) y Oviedo y Vitoria (3.000).

Finalmente, en Canarias será muy leve, con menos de 300 granos.

EL RESTO DE PÓLENES SON MÁS DIFÍCILES DE PREDECIR

No está siendo así para los alérgicos a las cupresáceas -como los cipreses-, ya que las mismas circunstancias de este invierno han favorecido elevadas concentraciones en muchas ciudades españolas: solo en Toledo, y a falta de que concluya el periodo de polinización, se han registrado más de 38.000 granos, lo que supone 5.000 más que en 2019, cuando se alcanzaron máximos, ha explicado el doctor Moral.

Más difícil de calcular es lo que ocurre con los pólenes de los árboles, de forma que la Seaic no hace previsiones respecto al olivo o el plátano de sombra, que comienza ahora y abunda en ciudades como Madrid -donde el 40 % de sus alérgicos lo son a su polen- o Barcelona.

En este sentido, el doctor Moral ha augurado que las abundantes precipitaciones de estas últimas semanas podrían resultar favorables para estos alérgicos, ya que limpiarán la presencia del polen en el aire, pero no el del olivo, al que las lluvias no afectan tanto.

LA MASCARILLA, UNA GRAN ALIADA, PERO HAY OTROS

Durante los dos años que llevamos de pandemia y utilizando mascarilla, los alergólogos han notado un descenso de sintomatología en sus pacientes, especialmente respiratoria, por el menor tiempo de exposición, lo que ha incidido en una bajada también de la medicación.

En España no existen estudios al respecto, aunque el doctor Valero ha citado otros que sitúan hasta en un 40 % el descenso de la medicación, por lo que «es una recomendación útil poner un mecanismo efecto barrera» como es la mascarilla, y también las gafas de sol, para reducir el tiempo de exposición.

Pero también hay otros aliados que pueden ayudar, resume a Efe Moral: «Es importante cambiarse de ropa y lavarse la cara cuando lleguemos a casa, no tender en el exterior los días de mucho viento para no acumular polen, no abrir ventanas para ventilar entre las 12 y las 5 y viajar en coche siempre con ventanillas cerradas y filtros antipolen o usar purificadores de aire en sus domicilios».