La delegada del Gobierno en Extremadura, Yolanda García Seco, ha asegurado que van a actuar con la contundencia que les permite la ley contra aquellos transportistas que, «de forma violenta, con coacciones y actitudes poco democráticas», tratan de paralizar la actividad económica, la distribución de productos esenciales y sembrar «terror» en el trabajo de los ciudadanos.

«No podemos consentir que unos pocos que se salen del sistema generen el caos y el miedo en la población mediante la anarquía», así de tajante se ha mostrado la delegada del Gobierno en Extremadura, Yolanda García Seco, sobre las protestas que algunos transportistas «violentos» desarrollan para «secuestrar la economía».

Según ha explicado en declaraciones a los medios, este viernes se ha celebrado una reunión con el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, la Guardia Civil, la Policía Nacional, representantes de distintos sectores afectados como El Corte Inglés, Cooperativas Agroalimentarias, Colegios de Farmacéuticos, Fabricantes de Pienso o colectivos de transportes.

García Seco ha expresado que es un paro organizado de forma distribuida por toda la región con pequeños grupos de participantes que, «de forma violenta y con coacciones», han impedido que se llevaran productos farmacéuticos a las farmacias, alimentos para distribuir entre los supermercados o recoger productos de las explotaciones agrícolas y ganaderas.

«Son grupos pequeños pero muy organizados y violentos, que han roto lunas de camiones, han rajado las ruedas y los frenos, han amenazado y han puesto en peligro la seguridad de los camioneros que han decidido trabajar libremente», ha agregado.

Por ello, ha asegurado que van a actuar con la contundencia que les permite la ley para garantizar el libre derecho a la circulación, la seguridad en los abastecimientos o que los hospitales no se queden sin recursos.

Además, denunciarán y pondrán a disposición judicial a todos aquellos que cometan acciones de carácter penal.

La delegada considera que cuando vean lo que le hacen a sus compañeros y a las familias, así como al resto de ciudadanos, reflexionarán y sabrán que este no es un sistema adecuado para protestar, a pesar de que tienen derecho a ello y a manifestar sus quejas por la situación complicada que se vive.

Todos los recursos policiales están disponibles para atajar esta situación y ha resaltado que atienden de forma urgente a aquellos transportes que son prioritarios.

Por su parte, el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Badajoz, Cecilio Venegas, ha mostrado su «inquietud, incertidumbre y preocupación» por la logística en Extremadura y ha informado de que han sufrido dos ataques directos, que podrían clasificar como «terroristas», con piedras a personas que conducen y que pueden crear un accidente de mucha gravedad.

«Se ha intentado interceptar, y ha habido dos camiones parados, de medicamentos», ha aclarado.

Venegas ha dicho que a día de hoy hay stock de medicamentos en las farmacias pero puede llegar un momento en el que pueda escasear y, por ello, han coordinado un operativo con la Guardia Civil para asegurar ese transporte.

Todos los que han estado en la reunión eran sectores imprescindibles en la pandemia.

Carmen Moreno, de Cooperativas Agroalimentarias de Extremadura, ha tildado de «crítica» la situación que viven porque hay algunas granjas de leche de cabra que han tenido que tirar porque no han llegado los camiones o fábricas que cerrarán estos días porque no tienen materias primas.

Asimismo, los animales no resistirán mucho tiempo porque no pueden llevar los piensos a las fincas y hay cultivos como el brócoli que no se recogen.

Por último, Óscar Marín, de Lider Aliment, han transmitido que no les entran mercancías en los almacenes de distribución y no pueden sacar camiones de repartos para los supermercados, por lo que llegará un momento en el que habrá escasez de productos y la tan temida palabra de «desabastecimiento».

En su sector no sabe si habrá tiendas y supermercados que puedan abrir ya este fin de semana, por ello pide que les dejen trabajar y cree que la reunión les da un «halo de esperanza».