El Hospital Ciudad de Coria da un paso adelante y se coloca a la cabeza en Extremadura al colocar un novedoso  implante de oído que se fija con un imán y es resistente al agua.

El otorrino Carlos Sánchez ha explicado a LA MAÑANA de Radio Interior que este proceso es la primera vez que se realiza en la región extremeña y la quinta en el caso de España, concretamente se desarrolló en Valencia.

Realmente, es el primer implante realizado en fase clínica en España y la técnica no parece demasiado complicada. El implante se coloca en el hueso del oído y debajo de la piel, tal y como ha detallado el doctor Sánchez. A pesar de lo sencilla que pueda parecer la técnica, el  implante da buenos resultados y permite devolver la audición a pacientes que sufren una sordera.

Esta técnica está especialmente dirigida a pacientes que no pueden optar a un  audífono convencional debido a infecciones o por patologías previas, como pudiera ser una cirugía. Lo importante es que el paciente conserve el nervio auditivo para que pueda optar a esta solución médica.

Para saber si el paciente es realmente apto para beneficiarse de este nuevo método, profesionales del servicio de Otorrinolaringología de Coria realizan una serie de pruebas que no conllevan cirugía.

Gracias a sus particularidades, un paciente de más de 50 años de edad se ha convertido recientemente en el primero en recibir este tratamiento. Lo cierto, es que ha conseguido avances importantes en agudeza auditiva, tal y como ha explicado el doctor Sánchez en una entrevista concedida a LA MAÑANA de Radio Interior. Además, el paciente ha conseguido recuperar sonidos que prácticamente había olvidado después de años con serios problemas de audición.

No es la primera vez que  Carlos Sánchez salta a la actualidad. Fue en plena pandemia cuando este otorrino que trabaja en el Hospital de Coria emprendió una campaña para recabar máscaras de «snorkel» o buceo que sirvieron para afrontar la crisis sanitaria tanto para el personal sanitario como para los pacientes afectados por coronavirus.

El equipo consiguió transformar las máscaras en un recurso sanitario que permitió la ventilación no invasiva en pacientes afectados por el virus. Además, sirvió de protección para el personal de este centro comarcal del norte de Cáceres en los momentos más críticos de la crisis sanitaria.

La respuesta fue abrumadora y gracias a varios voluntarios se pudieron imprimir en 3D las piezas necesarias para convertir las máscaras de verano en material sanitario para paliar los efectos de la Covid-19 en algunos pacientes.