La vida de Carmen García-Izquierdo es una vida marcada por el silencio desde los 24 años, edad a la que tuvo su primer hijo y empezó a perder audición progresivamente. Con el segundo perdió la audición en su totalidad y el silencio llegó debido a una enfermedad congénita. «Sabía que podía pasar, los médicos me advirtieron de ello, pero a día de hoy estoy muy orgullosa de mis hijos», declara con gran firmeza esta extremeña de Zalamea de la Serena que reside en Badajoz.

Carmen estaba acabando magisterio cuando quedó embarazada de su primer hijo y sus problemas de audición se agudizaron. «Me casé y aparqué mis estudios para centrarme en mis hijos, acepté la sordera como un hecho de la vida y me adapté dentro de un entorno bastante proteccionista en Ciudad Real, lugar donde estaba estudiando», relata Carmen.

Su día a día comienza temprano, antes de las 6 de la mañana ella ya está en su puesto de trabajo en una de las lavanderías de la Asociación de la Luz. Allí hace una labor «integral e intensa» cómo ella misma lo califica. «Estoy contenta en mi trabajo, me adapté perfectamente a mis compañeros y ellos se comunican bastante bien conmigo, también ayuda que muchos tienen otras discapacidades y están mas concienciados».

«Me divorcié hace 15 años, el tiempo que llevo viviendo en Badajoz. Un tiempo muy productivo en el que gracias a mi tensón y a ser conciente de mi discapacidad he logrado tener la independencia que antes no tenía», cuenta Carmen. Además, «aprender lengua de signos me ha sido de gran ayuda para mi total integración social, uno de los retos a los que nos enfrentamos las personas sordas».

Sobre este tema Carmen señala que «falta educar a la sociedad para que puedan atender o comunicarse con las personas sordas, sobretodo cambiar la mentalidad, que no oiga no significa que no entienda. Puedo leer los labios, escribirme en un papel, utilizar lengua de signos… si las dos partes hacen por entenderse todo es más fácil». «Evitar la discriminación sobre todo en las instituciones públicas es vital para nuestro colectivo, hacerse entender y hacer por entenderse debe ser algo común», agrega la pacense.

Para facilitar el entendimiento, Carmen nos indica que algunas pautas cómo vocalizar bien o mirar a los ojos de las personas sordas son algunas de las acciones que facilitan la comunicación. «También es necesario que las personas sordas pierdan el miedo y la vergüenza y si es necesario coger un papel y un bolígrafo y escribir lo que necesitas», expresa Carmen. Para esto la pacense señala que «es muy importante la educación de la sociedad e integrar el mundo y las costumbres de las  personas sordas en la sociedad».

«El aislamiento no debe ser la solución ni una situación normal», subraya Carmen que pone en relieve el trabajo de las diferentes asociaciones extremeñas con las que ella colabora. Carmen García-Izquierdo es una de las fundadoras de la Asociación de Personas Sordas de Badajoz (ASPESOBA). Ella destaca la labor realizada en el tema educativo y familiar por estas entidades. «La aceptación por parte de las familias y la motivación de las mismas es algo fundamental para el entorno de una persona sorda», enfatiza la fundadora de ASPESOBA.

Uno de las mayores luchas de Carmen como activista es la búsqueda de la igualdad de derechos y oportunidades para personas sordas, con especial acento en el acceso a la educación. «Aunque es costoso es necesario normalizar la figura del intérprete en lengua de signos en muchas situaciones de la vida, especialmente en universidades y centros educativos. La lengua de signos nos hace muy independientes», recuerda Carmen.

Carmen nos cuenta cómo ASPESOBA es «una segunda casa para ella», «he sido tesorera, secretaria, creadora… Es una parte importante de mi vida y aquí puedo ayudar a otras personas que han pasado por una situación similar a la mía». «Estar dentro del mundo asociativo me ha ayudado a aceptarme como una persona sorda y poder vivir feliz dentro de un mundo de silencio».

Así es Carmen García-Izquierdo una persona sorda que entre paseos y lecturas trata de comunicar a la vida y que tiene un sueño simple pero a la vez grandioso recibir un implante cloquear que le permita poder escuchar la voz de sus hijos.

Carmen García-Izquierdo es una de las protagonistas del proyecto “Extremeños Extraordinarios”, que Gentinosina Social desarrolla para dar a conocer historias de superación y normalización donde los protagonistas son personas con discapacidad de Extremadura que se han desligado del paternalismo y la condescendencia para tener una vida plena. El proyecto consiste en la selección de estas historias de vida y su difusión a través de distintas plataformas de comunicación con el objetivo de visibilizar ejemplos positivos de personas con discapacidad en Extremadura como ejemplos de vida normalizada. El proyecto cuenta con la financiación de la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales la Junta de Extremadura a través del Programa de Normalización, que ha destinado 6.988,50 euros para la realización de esta iniciativa.