La Guardia Civil ha desarticulado una organización criminal especializada en cometer estafas mediante llamadas telefónicas a hosteleros extremeños y de otros puntos del país, a los que amenazaba con cortar el suministro eléctrico haciéndose pasar por técnicos de empresas eléctricas.

La estafa se realizó aprovechando el cierre de los locales por las restricciones de la pandemia y, como consecuencia, se ha detenido a dos personas e investigado a otra, en las provincias de Barcelona y Gerona, por delitos de estafa, usurpación de estado civil y pertenencia a grupo criminal.

Los miembros de la banda se hacían pasar por técnicos de empresas eléctricas para cobrar falsas deudas, «bajo amenaza de cortar el suministro eléctrico», según ha informado este viernes la Guardia Civil en una nota.

Esta operación, denominada «Enchufes», se inició hace un año tras la denuncia presentada ante la Guardia Civil de Ibahernando (Cáceres) por parte de un hostelero.

Este empresario denunció una llamada telefónica de un supuesto operario de su compañía eléctrica, para saldar de forma urgente una deuda contraída con dicha empresa bajo apercibimiento de cortarle la luz de manera inmediata, tras lo que el denunciante accedió a realizar un pago de 302 euros.

Bajo la dirección del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Trujillo (Cáceres), las investigaciones permitieron recopilar otras nueve denuncias por hechos similares en varias localidades de la provincia de Cáceres y otras cuatro denuncias fuera de la provincia.

En el curso de la investigación se obtuvieron indicios que hacían presumir la autoría de los hechos a un grupo de personas residentes en las provincias de Barcelona y Gerona.

Las denuncias interpuestas en la provincia de Cáceres se recogieron en los puestos de la Guardia Civil de Ibahernando, Madroñera, Torrejoncillo, Plasencia, Navaconcejo, Ceclavín, Garrovillas, Guadalupe y Hervás.

El resto se produjeron en comisarías de la localidad canaria de Puerto del Rosario, Segovia y Gandía (Valencia), con un montante total defraudado, en poco más de un mes, de cerca de 16.000 euros consumados y 2.000 euros en grado de tentativa, en un total de 13 delitos.

Las llamadas se produjeron aprovechando la situación del cierre total o parcial de la hostelería por la crisis sanitaria de la covid.

Los hosteleros, “quienes habían experimentado un deterioro sustancial de su economía a causa de la pandemia”, accedían a proporcionar al supuesto técnico los datos de sus tarjetas de crédito para abonar las cantidades reclamadas.

Dichos cargos aparecían en sus cuentas bancarias bajo el concepto de “Correos/London”, induciendo a las víctimas a creer que habían sido estafadas por supuestos “hackers” afincados en Reino Unido.

La investigación del Equipo de Delitos Tecnológicos (EDITE) averiguó que para la comisión de las estafas se habían utilizado un total de cinco números telefónicos, cuyas titularidades habían sido suplantadas, así como varias cuentas bancarias abiertas online y tarjetas de crédito pertenecientes a entidades financieras extranjeras. EFE