El futbolista Javier Peral, Javito, y su familia, ya se encuentran en su domicilio del municipio cacereño de Moraleja después de haber permanecido varios días atrapados en el aeropuerto de Salónica como consecuencia de la burocracia del Covid.

María Isabel Recio, esposa del futbolista, asegura que jamás pensaron que se produciría una situación como esta, en la que las azafatas de tierra de la compañía Ryanair les impidieron tomar el vuelo de regreso a Madrid.

«Fueron las azafatas las que nos negaron el acceso al avión, por lo que cruzamos numerosas llamadas con los Gobiernos de Grecia y España y nos indicaron que el personal auxiliar de la aerolínea no tiene ninguna autoridad para decidir quién puede tomar un vuelo», asegura.

La familia viajó la pasada semana a Grecia para recoger un documento de Javito, que jugó cinco temporadas con el Aris de Salónica y apenas seis meses con el Olympiacos. Aprovechando que era fin de semana viajó la familia al completo, el matrimonio con sus dos hijas, menores de edad, y visitaron a unos amigos con los que fueron a ver un partido de fútbol. Su intención era tomar un avión el lunes rumbo a Madrid y volver a la rutina laboral y escolar en Moraleja el martes.

Sin embargo cuando acudió con su familia al aeropuerto para regresar a España vía Inglaterra, la aerolínea no les permitió volar alegando que no tenían las dos dosis de la vacuna. La familia explicó que Javito había pasado la enfermad del Covid-19 y según el protocolo médico en España les ha sido administrada una única dosis de la vacuna. Además su hija menor viajaba con una PCR que certifica que no padece la enfermedad. Sin embargo perdieron el vuelo y se vieron de noche en el aeropuerto de Salónica sin saber dónde recurrir.

Pero su caso no es aislado. María Isabel Recio asegura que en su estancia en el aeropuerto descubrieron que había muchos españoles que se encontraban en la misma situación, con la agravante de que muchos de ellos tenían la barrera del idioma. Durante una de sus escalas, la familia Peral Recio ayudó a dos chicos que no podían regresar porque no disponían de dinero para comprar un nuevo billete de avión, y otra familia que había volado desde Barcelona a Viena también quedó retenida en el aeropuerto por la misma situación.

«La única conexión que teníamos con todos los afectados es que coincidía la línea aérea y siempre era la misma, Ryanair», asegura la esposa de Javito, convencida de que han podido regresar gracias a la repercusión mediática que su caso ha tenido en toda la prensa griega, donde el futbolista es recordado con especial cariño.

La familia va a iniciar un procedimiento legal y a exigir una indemnización por los daños causados. Asegura que «esto no acaba aquí» y que la legislación vigente establece de forma clara que sólo las autoridades competentes de un país pueden decidir quién puede y quién no tomar un vuelo, pero nunca las azafatas de una compañía.