La actriz María Garralón (Madrid, 1953), que desde mañana miércoles da vida al Corifeo de las Madres en «Las Suplicantes», en el Teatro Romano de Mérida, lamenta la vigencia de una obra escrita hace miles de años sobre la lucha de las mujeres porque supone que «sigue siendo hoy en día un tema pendiente».

María Garralón, que debuta en el teatro emeritense con la última obra de la 67 edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, defiende que «los griegos, una vez más, hicieron de videntes de una sociedad que todavía no entiende que mujeres y hombres deben ser iguales».

Asegura que con «Las suplicantes» el espectador se enfrentará «a un dolor que desgarra» y le llevará a pedir justicia por cosas que deberían ser normales «por lo poco que cuesta ponerse en el lugar del que lucha por sus derechos.

Como ocurría la semana pasada con la representación de «Edipo», donde se lanzaba un ultimátum medioambiental al mundo coincidiendo con los incendios que arrasaban el Mediterráneo, «Las Suplicantes» coinciden con la vuelta del régimen talibán a Afganistán y las consecuencias para las mujeres afganas.

Ante la pregunta de si esta obra puede llegar a ser una oportunidad para que los hombres puedan redimirse y reconciliarse con esas mujeres, que desde hace miles de años suplican y luchan por sus derechos, afirma que «es una cuestión de voluntad y educación» y ve en ellos unos «aliados».

La inolvidable Julia de «Verano Azul» ve en el teatro una herramienta para que la gente tome conciencia y combata el origen de estos problemas, aunque también admite que tiempo ha, «el mundo del espectáculo suspendía en cuanto a feminismo se refiere», pero «ahora nos hemos hartado y es por ello este tipo de obras es también necesario para el propio teatro».

En cuanto al momento que vive la profesión, asegura que no es bueno, ya que «el mundo del espectáculo no es muy agradecido para con los profesionales más longevos» y «hay un gran número de artistas que se están enfrentando a situaciones verdaderamente dramáticas».

«Aunque parecía que después de la pandemia todos nos íbamos a ayudar, quizás sea algo pronto para decirlo», asegura María Garralón, que añade que su experiencia le dice que esto no va a suceder, ya que parece que «seguimos siendo más egoístas si cabe».

No obstante, ella se siente afortunada por esta oportunidad y que después de media vida siendo actriz, pueda saborear la ocasión con el nerviosismo agridulce que caracteriza a las primeras veces.

María Garralón explica que en «Las Suplicantes» el público podrá ver a un grupo de mujeres pidiendo justicia humana, que exigen a los poderes que encabezan los hombres poder disponer de sus vidas para ser mujeres libres «y algo tan sencillo como enterrar a sus hijos y poder así darles un último beso».

La actriz madrileña confiesa que la empatía que siente por este grupo de mujeres, le hace un poco «doloroso» encarnar este papel, ya que le hace recordar a las madres que siguen buscando a esos familiares desaparecidos y que no tienen un descanso justo.

«Parece que ese derecho es fácil de entender pero los hay que se empeñan en que no sea así», asevera.

Por ello, a los que afirman que exigir justicia es «remover el pasado de forma innecesaria», Garralón les asegura que no es tan difícil ponerse en la piel del otro, siendo esto solamente una cuestión de voluntad humana.