La propagación del coronavirus en Talayuela, con un brote en la Finca La Barquilla y otro en el propio municipio que superan el centenar de contagios, ha provocado una situación de tensión que se ha visto agravada por la actitud de algunos grupos de inmigrantes, en su mayoría jóvenes, que se niegan sistemáticamente a acatar las normas sanitarias para frenar la pandemia.

Varios miembros del equipo de gobierno han recibido insultos y amenazas y ha habido jóvenes que se han llegado a enfrentar a los cuerpos policiales: Guardia Civil y Policía Local. La situación ha llegado a tal extremo que la Subdelegación del Gobierno en Cáceres ha atendido la petición formulada por el ayuntamiento y desde ayer, unidades de élite de la Guardia Civil patrullan las calles de este municipio cacereño para controlar la situación y obligar a estos grupos de jóvenes que cumplan las normas sanitarias para frenar la pandemia del Covid-19.

Un ejemplo de la tensión que se vive en esta localidad tuvo lugar pasada la medianoche del 1 de septiembre, cuando un joven cuya identidad responde a las iniciales A.Z., de origen magrebí, se dirigió al domicilio del alcalde, Ismael Bravo, profiriendo insultos y amenazas que obligaron a intervenir a la Guardia Civil, cuyos agentes fueron testigos de lo sucedido.

En medio de «un gran estado de agresividad» se dirigió al alcalde desde la calle y le dijo que abriera la puerta «si tenía cojones». A pesar de la hora que era y de que en la vivienda se encontraban la esposa y el hijo del alcalde, menor de edad, el joven continuó con sus insultos en presencia de los agentes.

«Te tengo que matar, eres un baboso y mañana voy a ir al ayuntamiento para montarte un pollo y quedarte en ridículo», amenazó, «mientras se tiraba varias veces sobre el alcalde» con intención de agredirle. Los agentes y el padre del joven intervinieron para tranquilizarle hasta que depuso su actitud. Sin embargo al día siguiente pasó varias veces delante de su domicilio a pesar de que la calle en la que vive el primer edil no tiene salida.

El alcalde se ha visto obligado a solicitar una orden de alejamiento, pues el joven magrebí, con el que ya había tenido problemas anteriormente, le ha intimidado advirtiéndole que va a quemar su casa y ha hecho extensivas las amenazas al resto de su familia.

Según un auto del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Navalmoral de la Mata al que ha tenido acceso LA MAÑANA de Radio Interior el individuo, que se encuentra en situación de investigado, ha reconocido que se enfrentó al alcalde, que fue a su casa a buscarle, que le ha llamado «bastantes veces por teléfono» y le ha enviado mensajes, pero ha negado que le haya amenazado de muerte, a pesar de que lo hizo en presencia de los agentes de la Guardia Civil.

El juzgado le ha impuesto como medida cautelar una orden de alejamiento por considerarla «imprescindible» con el fin de asegurar la protección de la víctima y por estimar que «el investigado ha dirigido expresiones vejatorias y amenazantes contra el denunciante, a sabiendas además de que es el alcalde de Talayuela».

De este modo, el juez prohíbe al investigado aproximarse a una distancia inferior a 100 metros del denunciante, de su domicilio, de su lugar de trabajo o de cualquier otro lugar en el que se encuentre. También se le ha prohibido comunicarse con él por cualquier medio, directa o indirectamente, durante la tramitación de la causa y hasta que exista una resolución firme que de por finalizado el procedimiento.

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