La Asociación para la Defensa de la Naturaleza y los Recursos de Extremadura (Adenex) ha alertado la proliferación de una nueva planta invasora en el río Tajo, en la zona de Garrovillas de Alconétar.

Desde hace más de cuatro años, se conoce la afección de las plantas invasoras en los afluentes del Tajo, pero ahora la amenaza ha llegado al propio río y al embalse de Alcántara. Por estos motivos, Adenex ha pedido explicaciones a la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) y a la Junta de Extremadura de "esta nueva amenaza" y exige que "actúen con celeridad".

La planta invasora en cuestión es la azolla, de características distintas al camalote en el Guadiana pero igualmente expansiva, probablemente con una temperatura y humedad ambiente determinadas que ayudan a su expansión. Localizada ya en noviembre pasado, ha vuelto esta primavera y Adenex teme que, si no se controla, pueda quedarse para siempre en el río.

"Es vergonzoso que después de la experiencia de gestión nefasta en el Guadiana no se tomen precauciones en el Tajo para que no ocurra lo mismo", asegura la organización ecologista. Además, han pedido que se cree una comisión de emergencia ante este hecho para que se den explicaciones y soluciones "acordes a la amanezca antes de que sea más costoso y demasiado tarde para hacerlo".

Adenex ha recordado que la azolla es una vieja conocida, pues en mayo de 2016 ya estuvo en el río Almonte en su confluencia con el Tajo. En aquel entonces, tanto Junta de Extremadura como CHT llamaron a la tranquilidad porque aseguraban que "no pasaba nada", pero un manto de color rojizo cubrió más de un kilómetro de lo que se denominó entonces un helecho de agua.

El riesgo estaba en que llegara al propio pantano del Guadiloba de donde la ciudad de Cáceres toma el agua. Precisamente ahora, durante este confinamiento, se ha vuelto a pedir el trasvase del Almonte al Guadiloba para abastecer con seguridad a Cáceres, informa Adenex en nota de prensa.

Además, durante diciembre de 2018 en el río Salor y en enero del 2019 en el río Almonte, aparece una nueva planta invasora, la lugvigia , que inunda superficialmente 9 kilómetros de río Alagón, un tramo con gran riqueza piscícola y deportiva. La lugvigia tampoco es similar al camalote pues no se fija al fondo del río, pero con consecuencias negativas similares en impacto ecológico.

"En esta ocasión, las quejas municipales y sociales tampoco fueron escuchadas ni por Confederación ni por la Junta de Extremadura, incapaces de coordinarse entre ellas y dejar que todo siguiera sin resolverse", añade. De esta manera, este último invierno en el río Salor se ha vuelto a detectar la presencia de la lugvigia.

Por todos estos motivos, Adenex hace un llamamiento "urgente" a la Junta de Extremadura y la Confederación Hidrográfica del Tajo para que actúen y tengan en cuenta en sus acciones a la sociedad civil.