El consulado de Rumanía en Castilla La Mancha y Extremadura y la Subdelegación del Gobierno en Cáceres tienen previsto celebrar un encuentro empresarial para informar a los empresarios de la provincia de Cáceres, en especial a los del sector de la construcción y las obras públicas, de las oportunidades de negocio que pueden tener en Rumanía y las numerosas inversiones que, en este campo, se pueden llevar a cabo financiadas con los Fondos Estructurales de la UE.

Así lo han acordado el cónsul de Rumanía en Castilla la Mancha y Extremadura, Valerian Liviu-Popa, y la subdelegada del Gobierno en Cáceres, María Jerónima Sayagués, que sugirió también que al encuentro empresarial se sumaran empresarios de otros sectores, entre ellos, el agroalimentario, dada la alta calidad de los productos de la provincia.

Según dijo Sayagués, los productos ibéricos, la torta del Casar, las cerezas del Jerte y el Pimentón de la Vera, entre otras muchas denominaciones de origen, pueden tener un alto potencial para la exportación a Rumanía.

Además de necesitar empresas del sector de la construcción para llevar a cabo las infraestructuras que necesita este país, según el cónsul, también son necesarias consultoras y empresas de ingeniería que les asesoren sobre cómo poder acceder a más Fondos Estructurales.

El cónsul y la subdelegada han abordado también la situación de la población rumana en la provincia de Cáceres, una de las menores de España, con aproximadamente, 2.000 nacionales de este país, frente a los 900.000 que hay en España o los 60.000 que viven en Castellón.

Valerian Liviu-Popa alabó el buen funcionamiento de la Oficina de Extranjería por el trato y la agilidad con la que tramitan los expedientes, y destacó el carácter acogedor de los cacereños con su pueblo.

Además anunció que va a animar a la población rumana en la provincia para que, a finales de año o principios del próximo, creen una asociación desde la cual se unan y promuevan actividades para integrarse en la cultura de la provincia y para vivir y disfrutar de las tradiciones y con sus gentes.

El cónsul dejó claro que "la inmensa mayoría de los rumanos que vienen a España lo hacen para trabajar y llevar una vida normal, son muy pocos los rumanos que se encuentran internos en las cárceles española, de hecho, son el colectivo de inmigrantes que menos presos tiene. El nivel de delincuencia de los rumanos en España es bastante inferior a la de mi país".