La falta de lluvias en el último año en Extremadura ha provocado una cosecha muy escasa de cereales de invierno en la región, por debajo del 50% de la cosecha del último año. Una mala noticia para los agricultores y ganaderos que tendrán que pagar más por su pienso pero buena para el sector de la biomasa. Gran parte de las 50.000 hectáreas de avena sembradas en la región se destinarán a la producción de energía como biomasa ya que no tenían grano ante la falta de lluvias.

Según recoge "extremadura21" los datos aportados por ACCOE, la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España, que agrupa a los grandes operadores del mercado, la producción de cereales de invierno en la región (trigo, avena, centeno, triticale y cebada) apenas superará las 200.000 toneladas en conjunto cuando un año antes la producción fue de 390.000 toneladas. El invierno muy seco, y el exceso de calor en los meses de mayo y junio, han provocado una merma muy considerable de la cosecha.

El cultivo cereal que va a tener más incidencia sobre la biomasa energética este año en España será la avena. En el caso concreto de Extremadura, el rendimiento por hectárea ha estado en unos 500 kilos, la mitad de lo que suele ser habitual con un año normal climatológicamente. La caída de la producción estimada será del 52%. De 85.000 toneladas de la campaña 2011 se pasará a unas 39.500 toneladas.

Según la encuesta de superficies agrarias del Ministerio de Agricultura, esta pasada campaña se han sembrado en toda España 472.000 hectáreas de avena. La producción prevista será de 711.000 toneladas frente a más de un millón de toneladas en la campaña del 2011. La falta de grano ha propiciado que una parte importante se destine a biomasa.

En Extremadura, las previsiones de cosecha para la cebada son también muy malas, con caídas del 40,3% mientras que en el caso del trigo se espera que caigan un 46,4%.